En los últimos 15 años el Poder Legislativo de Corrientes expandió su plantilla de personal un 424%. Según los datos oficiales, en julio de 2001 la Legislatura tenía apenas 641 empleados, mientras que el Presupuesto provincial 2017 consigna que la cantidad de empleados trepa a 2.718. De ese total 661 reviste como planta permanente y 2.057 están en el segmento de temporarios.
Estos números reflejan que en tres lustros el empleo político prosperó considerablemente.
Corrientes amplió el número de miembros de sus cámaras y pasó de 39 a 45 legisladores (en 2013). Esta provincia es una de las ocho que aún mantiene el sistema bicameral junto con Buenos Aires, Catamarca, Entre Ríos, Mendoza, Salta, San Luis y Santa Fe. Por reglamento interno del Poder Legislativo cada uno de los 45 legisladores debe tener como mínimo 4 asesores, entre los que distribuye el ingreso por cupo.
En un rápido cálculo, sólo en Diputados y Senadores hay 2.057 en total de empleados temporales, unos 45 por cada legislador. El resto, 661, son contratados directamente por los presidentes de ambas cámaras.
En el ejercicio de 2014, la Legislatura correntina destinó la suma de 318.416.010,01 pesos para el gasto del personal; en 2015 esa suma trepó a 428.263.303,85 pesos; mientras que en 2016, lo comprometido para el pago de salarios escaló a 598.080.382,27 pesos.
Según el Presupuesto oficial 2017, que sólo tuvo media sanción de la Cámara baja y permanece cajoneado, la Legislatura había proyectado un gasto de 633.758.545 pesos. A lo que se le resta el gasto en personal de 595.628.545 pesos.
Entre diciembre de 2006 y 2008, la Legislatura correntina tuvo un aumento significativo de entre 25 y 26% de la planta de empleados. Mientras que en 2008 había 1.756 empleados. Ese año, una denuncia por contrataciones ilegales en el Poder Legislativo escandalizó a Corrientes, y hoy el voluminoso expediente permanece inactivo en un rincón del Juzgado de Instrucción Nº 3. Funcionarios judiciales, gubernamentales, legisladores y sindicalistas coinciden en que “no se debió investigar nunca y no habrá condenados”.
Una fuente revela que hay varios tipos de ñoquis y que cada año son más. Un entramado de complicidades que parece naturalizada.
Desde ese entonces, nada cambió. Sólo que en 2009 hubo una importante disminución de la planta de trabajadores de 1.756 a 1.287, un 26,71% menos. Al año siguiente, nuevamente la planta de empleados permanentes y temporales subió un 38,85%, ya que en ese año creció a 1.787.
El empleado de planta es aquel que goza de aportes, antigüedad, título universitario y un sueldo desde 15 mil a 40 mil pesos, dependiendo del área o jerarquía. Luego está el ñoqui que no presta servicios en el Palacio legislativo, pero tiene otras obligaciones partidarias o políticas, en esa categoría se inscriben los contratados. En ese caso los sueldos varían, desde 7 mil pesos hasta 40 mil, dependiendo de la cuña política, el partido, la profesión y hasta del apellido. Todos con aportes jubilatorios y obra social.