Cuando todo parecía que nos encaminábamos a una elección “tranquila” en la Capital correntina, (la primera del año en la provincia), de pronto explotó un mar de fondo que ya habíamos anticipado: se judicializó la campaña.
La caída de la boleta única electrónica (BUE); la segunda proscripción del Partido Liberal; el procesamiento a intendentes y/o sus funcionarios en el interior, responden a un patrón común: estructuras enraizadas en el poder. Por eso no se puede ser confiado, ni pecar de ingenuo si se quiere gobernar o modernizar una sociedad de 429 años de existencia.
El Gobierno de Ricardo Colombi encaja perfectamente a este esquema de poder y mantiene el status quo. Por eso tiene tanta adhesión en los demás sectores de la sociedad y cuenta con colaboradores activos en los tres Poderes. Eso le permite al Gobierno diseñar jugadas casi “maquiavélicas” para estorbar a sus adversarios políticos. En términos coloquiales sería “embarrar la cancha”, o dificultar al contrario para lograr su objetivo.
Todo lo referido a modernidad o cambio en esta provincia, está claro, tiene poco asidero, no solo en el Gobierno o en la Justicia, en la sociedad misma. El mejor ejemplo pueden representar aquellos vecinos del barrio la Cruz que se oponen a que se construyan garitas o juegos en la plaza. Pero también pueden ser aquellos electores que se quejan de la crisis económica pero fustigan contra los reclamos sindicales o simplemente aceptan los bajos salarios, etc. Por eso, los cánticos de progreso y modernización solo funcionan como bonitos “slogan´s” de campaña, en el fondo seguimos en el atraso.
Sin ir más lejos, el trasfondo que tiene la caída de la BUE, es que el próximo 4 de junio el Frente oficialista municipal, “Haciendo Corrientes”, que lidera el peronista Fabián Ríos se verá obligado a enfrentarse a los 22 partidos políticos que ostenta Encuentro por Corrientes. Más una colectora que también promueve a los candidatos de ese frente.
Es decir 23 boletas “vetustas” como suele renegar el intendente, más otras 15 suyas, Concluyentemente, es un sistema cuando menos costoso y muy contrataste con la sociedad tecnológica en la que vivimos. Pero, al fin y al cabo es el juego de la democracia en esta parte del país y a ello deberán someterse los distintos candidatos.
