El Presidente Mauricio Macri ya volvió de Nueva York, a donde fue a intentar captar por enésima vez inversiones extranjeras y allí les hizo una promesa/anuncio a los empresarios: la seguridad de que se viene un feroz recorte a los jubilados.
Según cuenta el periodista Marcelo Bonelli al diario Clarín, "la delegación de la Casa Rosada -después- transmitió en privado un mensaje concreto a los banqueros: que el acuerdo con los gobernadores estaba cerrado, a cambio del compromiso del Tesoro de enviarles fondos adicionales a las provincias para no desfinanciarlas. Saldría del reparto del dinero que se recorta a los jubilados por 100.000 millones".
Si bien aun no se presentó el proyecto de reforma previsional, el Gobierno nacional ya adelantó de boca del jefe de Gabinete, Marcos Peña, que plantean modificar la fórmula de actualización de los haberes por una que tenga en cuenta la inflación trimestral. Esto representará un aumento menor y una pérdida del poder adquisitivo de los salarios.
El mal llamado ahorro fiscal, que en realidad es un ajuste, afecta también a beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo y asignaciones familiares, cuyas actualizaciones están atadas al mismo índice.
Hasta ahora, las jubilaciones están atadas a un cálculo que tiene en cuenta los aumentos paritarios y de la recaudación. De haberse aplicado la inflación, el haber mínimo, de $7.246, hoy sería de 5.470.
