"Otra victoria como ésta y volveré solo a casa", Pirro rey de Epiro.
Carim Peche se impuso en la lista de Cambiemos y de paso espantó al resto de los principales aliados del radicalismo, que en el reparto que viene para legisladores nacionales también quedarán fuera. Como a Epiro, esta imposición por la fuerza, e incluso la campaña que ya arrancó para las primarias del 4 de junio terminará costándole a la oposición un fuerte desgaste. Hay pesimismo dentro de la UCR, con cálculos sobre el impacto directo que tendrá esta elección para Convergencia Social.
De paso, importará el ocaso del senador nacional Ángel Rozas que supo llevar al radicalismo al gobierno en una provincia “históricamente peronista” y transformarse él mismo en caudillo provincial y referente nacional de la Unión Cívica Radical.
Convergencia Social celebraba antes que el acceso de la UCR al poder, su propia creación. Año tras año, desde mayo de 1996, se multiplicaron los festejos en el Club Cooperativa La Unión de Presidencia Roque Sáenz Peña, la cuenta de participantes al acto era también una tradición como los participantes de la Cabalgata de la Fe. Los memoriosos pueden dar fe de que lo importante no eran los actos en sí sino las docenas de miles de personas que calculaban los organizadores que había entre los asistentes.
Rozas había disparado lo que no habían entonces los dirigentes peronistas desde la recuperación de la democracia, incluido el ex gobernador Florencio Tenev. Parecía que una seguidilla de gobernadores radicales sobrevendría en la provincia del Chaco, pero paradójicamente fue el propio Rozas el que abortó la sucesión de Roy Nikisch.
Desde entonces, Convergencia Social mantendría el mote de “principal línea interna” del radicalismo y se reservaba para sí los principales espacios de poder. Previo a las elecciones de gobernador en 2015, el movimiento se desmoronó. Surgieron prometedores aires de democratización en las filas de la UCR que por décadas archivó las internas.
El Nuevo Espacio Abierto, estalló a poco de su nacimiento. Los sectores que marcharon con Aida Ayala, sus incondicionales apoyados por la gestión de la Municipalidad de Resistencia permanecieron con ella, y salieron de allí para formar Somos Parte, otro grupo de intendentes, encabezados por Gerardo Cipolini y Alicia Azula y acompañados por el ex gobernador Nikisch como figura principal.
Aún después de esta fuerte sangría el movimiento liderado por Rozas se mantuvo firme en su pretensión mayoritaria. Con ese lineamiento negoció los cargos Carim Peche para encabezar la lista él, desconociendo el pedido del gobierno nacional por Leandro Zdero y anotando en la reelección a la médica villangelense Mariana Salom, en el séptimo lugar.
Esta misma pulseada terminó poniendo en riesgo la alianza Cambiemos aunque en la pelea judicial el radicalismo haya obtenido el triunfo –también a lo Pirro- para mantenerlo en las próximas boletas.
El resultado electoral que se avecina, más producto de la debacle opositora que de los méritos del oficialismo en el Chaco, hará que por primera vez en 23 años, Convergencia Social no sea la mayoría dentro del bloque de Cambiemos a partir de diciembre de 2017.
La situación del radicalismo provincial está tan horizontalizada que un secretario del senador nacional, “el que le atiende el teléfono”, al decir de Sergio Vallejos, se atreve a apretar públicamente a un legislador provincial sin que ningún dirigente provincial se rasgue las vestiduras. No podrían hacerlo, porque otros diputados de la misma bancada hicieron lo mismo.
El propio Rozas se disculpó ante las autoridades nacionales repitiendo que su problema de salud le impidió participar en las negociaciones políticas en la provincia para definir los cargos. Casi nadie, por no decir ninguno, lo cree ajeno al reparto que hicieron los principales sectores internos del radicalismo.
Su consecuencia directa, asumen algunos de los integrantes de la bancada opositora que tendrán que votar, será que Peche pierda la también “tradicional” presidencia del bloque. Ese lugar también pretende disputárselo el propio Zdero y con ello abre la puerta para arrebatarle la candidatura a gobernador en 2019, siempre con apoyo nacional.
El radicalismo chaqueño sólo tropieza con la simplificación que hace el presidente Mauricio Macri que no proviene de ninguno de los partidos “tradicionales” de la política argentina. Le da lo mismo que gobierne uno del palo u otro del peronismo, como el caso de Domingo Peppo siempre que termine acompañando.
