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Política

Lucy Ortega rompió el silencio: A no equivocarse, la paridad de género no debió ni debe existir

No me he propuesto escribir para polemizar, tan solo expresar lo que quizás, a muchos no les interesa, o no les conviene decir que nosotras, las mujeres, desde el principio de la humanidad hemos molestado a ciertos y determinados intereses que en su oportunidad se presentaban, y hemos sido objeto de innumerables injusticias de las que debemos hacernos cargo por no luchar para que, como seres humanos sin importar el género, se cumplieran las reglas que en cada oportunidad correspondía.

Dicho esto, para escribir sobre el papel que cumple la mujer en la sociedad y en especial en la política, de la que muchos han ensayado describir, no me cabe ni explicar ni describir ya que es la de imprescindible, y no estoy exagerando y lo digo y lo repito en cuanto ámbito puedo y en esa palabra involucro a que no existe formas ni modos de establecer reglas y normas de convivencias, ni de contrato social alguno en las que no esté involucrada la mujer como ser sociable y ciudadana hábil.

Y ahora me pregunto ¿Por qué paridad de género?, ¿Por qué nuevamente nos ponen límites a lo que por derecho de ser humano y sociable nos corresponde? si en todos los ámbitos de la sociedad y en la política principalmente ganamos, luchando palmo a palmo con adversarios políticos no de género.

Diría que esta ley no es ninguna batalla ganada, nuevamente hemos permitido que la guerra de géneros subsista antes que el considerarnos iguales como establece nuestra Constitución.

Acaso ¿no somos capaces de lograr mayores espacios sociales y políticos, en los que primen, el conocimiento y la capacidad para ejercerlos?, ¿no estaremos posibilitando con una ley de cupos, llenar los espacios con aquellas mujeres que por desconocimiento permitan nuevamente catalogarnos con distintas definiciones como ineficientes e incapaces?

Por lo menos así lo viví y así lo pienso. Seguramente este pensamiento es el de otras tantas mujeres que se reconocen en el quehacer cotidiano.

Somos y seguiremos siendo siempre las luchadoras por convicción y convencimiento y no podemos permitir que nos impongan lugar y cupos para poder ejercer aquellas actividades que, como integrantes de una sociedad, independiente del género, nos ganemos y nos correspondan.

Este es el legado de aquellas mujeres que, durante la historia de la humanidad, nos han dejado.

MUJERES: somos imprescindibles en toda función natural humana, no permitamos que nos limiten en ninguna actividad, como tampoco ser diferente de otro ser humano.

Pretendo simplemente que esta posición sea motivo de debate y a quienes que, con absoluta inocencia, han creído avanzar en más derechos para la mujer, reflexionen en pos de una legislación que garantice la participación efectiva y sin limitaciones

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LUCY ORTEGA PARIDAD DE GÉNERO

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