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Política Panorama semanal de Chaco

Memoria de corto plazo

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Crédito: 60198

Sólo dos personas demoraron expresarse sobre el fallo de la Corte que habilitó el 2 x 1 a personas condenadas por delitos de lesa humanidad. El primero, ya se sabe fue el presidente Mauricio Macri. A nivel nacional, todos miraban hacia allí, sospechado de ser el impulsor de los jueces que votaron el fallo que fallo, por acción (Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz) y por omisión (Elena Highton de Nolasco). Desde el punto de vista provincial el segundo fue el gobernador Domingo Peppo que incluso cuando opinó lo hizo coincidentemente después del conocerse la opinión del presidente.


El propio comunicado oficial sobre la opinión del primer mandatario provincial es revelador. Colgado en la página oficial del Chaco, el texto breve dice en un primer párrafo “El gobernador de la Provincia Domingo Peppo se manifestó acerca del fallo de la Suprema Corte que benefició con el 2x1 a un genocida condenado por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura militar, luego de que el Senado de la Nación aprobara el proyecto de ley para limitar su aplicación”.


Una de las principales características de los hechos que sucedieron al fallo de la Corte fue la espontaneidad y la automaticidad con que la respuesta social empujó al aparato político a reaccionar, buscando un remedio legal tras la argucia de los miembros de la mayoría de Alto Tribunal de afirmar que habían votado lo que votaron porque no había ley que dijera que debían hacer otra cosa.


En menos de 24 horas la Cámara de Diputados y el Senado de la Nación convirtieron en ley la limitación de la aplicación del beneficio del 2 x 1 a condenados por crímenes de lesa humanidad. Hubo además en el marco de quienes entienden que la Corte Suprema no es exclusivamente un ámbito académico-jurídico aséptico de la política, un sector de la sociedad que consideró el fallo la respuesta dada a un sector de la sociedad que esperaba este “cambio” luego de la asunción del macrismo al poder.


Peppo no estaba en ese marco. Juzgó que no hubo “intencionalidad política” en la decisión, pese a su condición de ingeniero apenas sostuvo una disidencia técnica con la medida. Por eso no sorprendió su ausencia en la marcha que se llevó a cabo en Resistencia frente a la Casa de la Memoria.


Pese a que sí participaron funcionarios de su gabinete, legisladores del oficialismo provincial o el intendente de la Capital Jorge Capitanich, no estuvo siquiera el alter ego del jefe de Estado provincial, que suele representarlo cuando no está.


Otras equiparaciones que algunos medios intentan aplicar con fallos anteriores a este no alcanzan a explicar porqué la lluvia de solicitudes apuró con la decisión de la actual mayoría. Ni por qué hubo tanto interés ahora de la parte de la propia Corte revisar su decisión.


Mucho menos el hecho de que todo el arco político haya encontrado consenso en un solo día para sancionar una ley. Que algunos de los impulsores del cambio de legislación hayan sido ahora conspicuos dirigentes del PRO, entre ellos Elisa Carrió que ventiló sus propias convicciones, apoyando el fallo y ausentándose al momento de la votación.


Ni qué hablar del pronunciamiento del secretario de Derechos Humanos de la Nación, Claudio Avruj, que tiene el mérito de ser el único funcionario político del gabinete nacional en respaldar el fallo que beneficia a un violador de los derechos humanos, y por supuesto la demora en manifestarse del propio presidente Macri, y en los hechos del gobernador Peppo.


Un comunicado de compromiso, no puede ser la posición de una provincia ante un hecho como el ocurrido. Por el contrario, la respuesta de la sociedad chaqueña es la que se dio en la plaza. Es la que tuvo el secretario de Derechos Humanos de la provincia, Juan Carlos Goya, que sabe de lo que se discute, porque lo vivió en carne propia.


Su colega nacional en cambio está justificando todavía por qué no debe renunciar "Es una opinión; no encuentro por qué (tendría que renunciar). Por el contrario, sigo trabajando y estoy firme en mis convicciones", sostuvo analizando sus propias opiniones.


La política en la provincia suele ser de una profunda superficialidad. Es lo que va alejando a la gente de su dirigencia. Lo que alimenta la indiferencia. Por eso, como una degradación que se consolida el juego de candidaturas, campañas, discursos, se ha transformado en una realidad de microclima.


Algo que es ajeno a la sociedad en general, que a su vez se refugia en cuestiones también superficiales. Lo institucional ya no la atañe. 

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