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Política PANORAMA SEMANAL

Trago amargo

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Crédito: 79939

Que el gobernador Domingo Peppo haya tenido que aclarar que es él que toma las decisiones en relación con el la composición de su gabinete es ya no un síntoma sino la confirmación de que la gestión del Frente Chaco Merece Más está inmersa en un proceso errático que puede terminar en vacío de poder.

 

En la provincia, el más notorio fue el caso de Acción Chaqueña donde el hombre fuerte de esa efímera administración no era justamente el gobernador Rolando Tauguinas, sino el coronel José David Ruiz Palacios, que no pudo gobernar por no cumplimentar los requisitos para ello.

 

Domingo Peppo ha sido hasta ahora renuente a aceptar las responsabilidades de varias de sus acciones que terminaron en una pérdida considerable de votos y el clímax de esa evasión ocurrió en la noche del domingo cuando informó que iba a producirse un empate técnico para no admitir la derrota.

 

Más de la ira, la percepción que dejó es que Peppo estaba preso de la insolvencia para comprender lo que estaba ocurriendo. Frente a ello, y a la ausencia en su entorno para hacer una correcta lectora de los acontecimientos descargó responsabilidades en la conformación de Unidad Ciudadana, por la que dijo, escaparon los votos que provocaron la derrota ante Cambiemos, terminando de paso un invicto de diez años de victorias.

 

Sólo el sostenimiento de una realidad provincial que no interroga en los medios a costa de pauta publicitaria permitió disimular en algunos niveles esta derrota. De hecho, como aquel anuncio de la victoria de Angel Rozas por diez puntos en la primera elección que ganó Jorge Capitanich, algunos medios se anticiparon por algunas horas a decir que el resultado de las legislativas “era un calco” de las primarias.

 

No fue así, Aída Ayala que había perdido con Domingo Peppo en 2015, ahora logró el triunfo ahora sobre Elda Pértile pero también sobre el trío Peppo, Jorge Capitanich y Gustavo Martínez. El ex intendente se quedó sin excusas para una derrota categórica en el principal distrito electoral del Chaco.

 

Lo que no quiere interpretar Domingo Peppo y con él Gustavo Martínez, es que perdieron las elecciones, no porque Fabricio Bolatti y Daniel San Cristóbal se hubieran aprovechado del nombre de Cristina Fernández para imprimir la boleta de Unidad Ciudadana en el Chaco, sino que hubo un conjunto de votantes no cautivos, que resiste tanto a Cambiemos como a lo que ha transformado esta conducción al Frente Chaco Merece Más.

 

Esa fuga de votos ya se había visto capitalizada en la elección del diputado del Partido Obrero, Aurelio Díaz, sin que muchos de sus votantes comparta un ápice e incluso desconozca absolutamente el trotskismo.

 

Es también notorio que a dos años de gestión de Domingo Peppo con cero obra pública nacional en la provincia del Chaco, el ministro de Hacienda, Cristian Ocampo, se haya dado cuenta de que la Nación no invierte en la provincia unos 6 mil millones de pesos que antes llegaban como transferencias no automáticas.

 

Una parte del costo lo pagó el sector público. Peppo tiene paralizada la administración donde aplicó un ajuste más duro que el que el propio Macri propuso. Los trabajadores de la administración pública fueron una parte importante de aquel triunfo en el que Capitanich se impuso al puño cerrado de Ángel Rozas que venía por el tercer mandato.

 

Los parámetros del ministro son el gobierno nacional anterior y el gobierno nacional actual. No sólo existe el déficit en las cifras del funcionario provincial, sino también el fracaso en la política de alineamiento que inauguró Peppo el 11 de diciembre de 2015 y que en general terminó pintando gran parte del país de color amarillo y no hay que descartar que como ya se dijo en este país, ahora el macrismo, irá por todo.

 

La lista derrotada Pértile-Mosqueda-Martínez Campos es apenas un ingrediente de todo un proceso que arrancó el mismo día de la jura del nuevo gobierno nacional. Al igual que el derrape del vicegobernador virtual, Horacio Rey, que anticipó los cambios en el gabinete, es cierto, antes que Domingo Peppo, pero cuando el titular del Poder Ejecutivo ya estaba notoriamente demorado en el anuncio.

 

Un presidenciable en desgracia Juan Manuel Urtubey reconoció la derrota antes de que terminara el escrutinio y el lunes siguiente al fatídico domingo ya había renunciado todo su gabinete. No se habían ido, pero habían presentado la derrota.

 

En el Chaco, el lunes Rey anunció que iba a convocar a los kirchneristas confundidos, el miércoles Gustavo Martínez, que sufrió una durísima derrota en Resistencia y especialmente en su circuito, dijo que Bolatti y Daniel San Cristóbal era unos “buscas” que sólo querían cargos. Recién el viernes el gobernador Peppo dijo que él toma las decisiones para ver quién se va y quién se queda.

 

Todo esto mientras se incendiaba Villa Ángela. Fue uno de los primeros resultados en saberse. Cambiemos había ganado y Unidad Ciudadana había tenido buena performance. La lectura inmediata fue que Peppo había perdido en su pueblo. El intendente Alberto Papp no solamente compartió esa lectura. Directamente responsabilizó al gobernador por haber abierto un municipio paralelo denominado Unidad Regional Sudoeste.

 

No es la primera vez que Villa Ángela le da la espalda al gobernador. La intendencia de Papp es justamente el primer indicio. Aun así, el primer mandatario todavía no cumplió su promesa de cerrar esas oficinas.

 

Pese a todo Peppo forma parte de la “liga de gobernadores” derrotados que piensa que Cristina Fernández fue. Que se puede armar una oposición sin ella, entre los que piensan igual, un victorioso ex ministro del último gobierno nacional, como Juan Manzur.

 

Sergio Massa se ve volviendo al peronismo, quiere disputarle la liga una interna para ser candidato en dos años. Pero en las redes sobrevuela una breve reseña atribuida al cordobés Juan Schiaretti: El 2019 está perdido, hay que pensar en el 2023.

 

Como corolario el gobierno prepara medidas para las que convoca a los gobernadores peronistas este martes, tendiente a profundizar el ajuste. Las subas de servicios públicos, combustibles, vienen con recomendaciones de no aumentar el gasto en las jurisdicciones. Esas recomendaciones a su vez tienen condicionamientos.

 

La provincia se prepara para dar el debate por el presupuesto 2018. De nuevo, Peppo quiere atarlo a un endeudamiento de 3.800 millones de pesos, pese a que todavía no ha tocado ni uno solo de los 6 mil millones que tiene aprobado para este año.

 

Todavía se recuerda el cruce entre Livio Gutiérrez y Betty Bogado cuando el radical le recriminó que el presupuesto 2017 preveía apenas un 14% como pauta salarial para todo el año. Bogado, le aclaró que eso sólo era una referencia. Al final, el gobierno sólo concedió la mitad. Para el 2018 la pauta será apenas el 10%, esta vez es lo que pide el presidente Macri (que para este año aceptó cifras superiores al 20%).

 

Si el presupuesto no se aprueba este año con el endeudamiento que quiere el gobierno el año que viene tiene pocas esperanzas. Ya no estarán ni Carlos Martínez, ni el radical Sergio Vallejos. Y habrá dos incógnitas Aurelio Díaz y Daniel Trabalón.

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