El titular del Juzgado de Familia, Niñez y Adolescencia Nº5 de Capital, Edgardo Frutos libró un oficio a la policía para que el domingo 19 de noviembre conduzca al deudor de alimentos a la comisaría más cercana para que se notifique de la sentencia. Lo hizo porque el hombre varió de domicilio y número de teléfono sin aviso a sabiendas de que había una sentencia de Alimentos. También le ordenó que el martes se presente ante el juzgado y así lo hizo.
El objetivo que persiguió el magistrado es que el hombre se haga cargo de su responsabilidad y que la carga tanto afectiva como económica no recaiga únicamente en la madre.
La presidente de mesa cuando el hombre se acercó a votar, avisó a la policía que lo llevó a la comisaría y allí se notificó. El martes se presentó ante el juzgado como dispuso el juez.
El objetivo además de notificarse de la sentencia fue obtener sus datos de localización, como ser domicilio real y numero de teléfono celular, porque era imposible conocer donde estaba.
Violencia económica
El magistrado para ordenar la medida aplicó perspectiva en niñez y género.
Entendió que la conducta renuente del hombre al variar su domicilio sin previo aviso y no poder ser localizado a sabiendas de un acuerdo de alimentos acordado, implicaba una violencia de tipo económica, depositando en la madre toda la responsabilidad exclusiva de tener que ejercer además del cuidado del niño en común hacerse cargo sola de los alimentos de su hijo.
Frutos entendió que “el no pago de los alimentos es un flagelo, un problema social que debemos rechazar, impactando no solo directamente en los NNA sino también en las mujeres cuidadoras”.