El Día Internacional de la Mujer que se conmemora cada 8 de Marzo, se basa en varias mujeres que dejaron su impronta en la humanidad defendiendo los valores, principios y derechos que enaltecen a la Mujer.
En la historia Argentina, la dimensión que mantiene y se potencia con el transcurrir de los años, se sinónima sencillamente con María Eva Duarte de Perón. La inolvidable Evita.
Primera dama de la Nación Argentina. Que dejó huellas indelebles desde el 4 de junio de 1946 (natalicio) hasta el 26 de julio de 1952 (paso a la inmortalidad), acompañando siempre la figura del presidente Juan Domingo Perón, iniciándose como presidente del Partido Peronista Femenino hasta el final de sus 33 años de existencia.
Sobre todo en la actualidad, cuando tanto se lucha por posicionar merecidamente a la mujer y el rol preponderante que debe ocupar en la sociedad argentina.
Evita en su formación profesional siempre se destacó por su labor como dirigente política, defensora y activista sin igual de los derechos y la participación de la mujer argentina en todas las actividades destacadas de la sociedad.
Nacida en Junín o área rural de Los Toldos, Evita fue una dirigente política y actriz argentina, de origen humilde. Migró a los quince años a la ciudad de Buenos Aires, donde se dedicó a la actuación, alcanzando renombre en el teatro, radioteatro y cine. En 1943 fue una de las fundadoras de la Asociación Radial Argentina (ARA), siendo elegida presidenta.
En 1944 conoció a Juan Domingo Perón, entonces secretario de Trabajo y Previsión, en un acto relacionado con la ayuda a las víctimas del terremoto de San Juan. Casada con él, participó activamente en la campaña electoral de su marido en 1946, siendo la primera mujer argentina en hacerlo.
En 1947 impulsó y consiguió la sanción de la ley de sufragio femenino. Tras lograr la igualdad política entre los hombres y las mujeres, buscó luego la igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad compartida a través del artículo 39 de la Constitución de 1949.
Desarrolló una amplia acción social a través de la Fundación Eva Perón, dirigida a los grupos más carenciados. Esa fundación construyó hospitales, asilos, escuelas, impulsó el turismo social creando colonias de vacaciones, difundió el deporte entre los niños mediante campeonatos que abarcaron a toda la población, otorgó becas para estudiantes, ayudas para la vivienda y promocionó a la mujer en diversas facetas.
DÍA DE LA MUJER
Como asociación a todo lo anterior, el Día Internacional de la Mujer Trabajadora conmemora la lucha de la mujer por su participación dentro de la sociedad, en pie de emancipación de la mujer y en su desarrollo íntegro como persona. Se conmemora el 8 de marzo; fiesta nacional en algunos países. Fue institucionalizado por las Naciones Unidas en 1975, con el nombre de Día Internacional de la Mujer.
La primera conmemoración se realizó el 19 de marzo de 1911 en Europa: Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza; desde entonces se ha extendido a otros países y continentes.
En 1972 la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró a 1975 Año Internacional de la Mujer y en 1977 invitó a los Estados a declarar, conforme a sus tradiciones históricas y costumbres nacionales, un día como Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional.
En 1975 Naciones Unidas designó esta fecha con la idea de destacar la lucha femenina en su reclamo de igualdad de oportunidades en la sociedad. La conmemoración de esta emblemática fecha, tiene múltiples antecedentes a lo largo del último siglo.
El Día Internacional de la mujer está marcado por hitos históricos de la lucha feminista.
El 28 de febrero de 1910, en la segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, fue el día que los movimientos que participaron del encuentro definieron, por primera vez, y bajo el consenso de las participantes, que el 8 de marzo se convertiría en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
No es una fecha para celebrar, si no para conmemorar.
El 8 de marzo es un día muy significativo para los movimientos feministas, ya que recuerda una de las primeras manifestaciones públicas de mujeres.
Ese día, en el año 1857, miles de trabajadoras textiles ocuparon las calles de Nueva York con el lema “Pan y rosas” para exigir mejores condiciones laborales, reducir el horario laboral y terminar con el trabajo infantil. Este hecho sirvió como antecedente para todos los movimientos feministas del mundo, ya que fue una de las primeras muestras de la organización de las mujeres.
A pesar de la lucha de estos movimientos, sus condiciones laborales tardaron muchos años en mejorar. Prueba de esto fue el trágico saldo del incendio de la fábrica Triangle Shirtwaist de Nueva York, que ocurrió el 25 de marzo de 1911. Ese día, se incendió el establecimiento y dejó un saldo de 146 muertos: 123 de ellos eran jóvenes trabajadoras.
Los fallecimientos, que se produjeron, sacudieron a la opinión pública estadounidense y provocaron cambios en la legislación laboral. El hecho se convirtió en un ejemplo concreto de la forma en la que trabajaban las mujeres de la época.