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Sociedad MEMORIAL DEL DESAPARECIDO CORRENTINO

Corrientes: Emotiva ceremonia de repatriación e inhumación de Rafaella Filipazzi

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Crédito: 47856

La Municipalidad de Corrientes acompañó la emotiva ceremonia de inhumación de Rafaella “Giuliana” Filipazzi, este sábado 11 de febrero en el Memorial del Desaparecido Correntino del cementerio San Juan Bautista. El intendente Fabián Ríos y funcionarios municipales llevaron sus condolencias a Ida Beatriz García, hija de Rafaella, que después de 39 años de buscar a su madre, obtuvo la restitución de sus restos en Paraguay y esta mañana finalmente la despidió en un sentido homenaje.

 


Se trata de una militante correntina que fue secuestrada-desaparecida en 1977 en Montevideo, Uruguay, y enterrada en una fosa común en Asunción del Paraguay, poniendo en clara evidencia el macabro sistema de exterminio conocido como “Plan Cóndor” que azotó los poderes de los Estados Latinoamericanos durante la segunda mitad del siglo pasado.

 


“Ningún pueblo merece tener sentimientos tan duros y sufrir tanta crueldad”, expresó Ríos durante la ceremonia, en alusión a las desapariciones y asesinatos que cometieron las dictaduras militares en los países de Latinoamérica, y en Argentina, en particular.

 


“Pasaron muchos años y el horror por lo que sucedió sigue golpeando; es muy difícil cerrar las heridas de quienes siguen buscando a sus seres queridos para poder tener un lugar donde depositar una flor”, manifestó el intendente, que además reivindicó el trabajo que lleva adelante la Comisión de Derechos Humanos de Corrientes, así como la organización MEDHES de la Ciudad de Goya.

 


Entre lágrimas y abrazos con sus seres queridos, Beatriz García dejó su último adiós y encontró la paz que buscaba desde pequeña, desde los 12 años, cuando de la mano de su abuela empezó una lucha incansable por conocer el paradero de Rafaella Filipazzi.

 


“Tengo sentimientos encontrados. Por un lado porque terminó mi búsqueda y se me terminaron las ilusiones de encontrarla viva, de volver a casa con mi mamá. Pero por otro lado me trajo un alivio inmenso, y después de tanto llorar hoy me siento feliz”, dijo Beatriz, que conmocionada afirmó: “la necesité mucho durante mi juventud, y me quedó por decirle que la quiero un montón”.

 


“Giuliana”, identificada así por sus compañeros y compañeras, fue hallada por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) en un predio de la Policía Nacional de Paraguay junto a José Potenza, quien fuera su pareja durante su militancia, y ambos fueron identificados el año pasado por dicho organismo. Por eso en el acto también estuvo Silvia Potenza, hija de José, a quien igual que a Beatriz el Gobierno paraguayo le entregó los restos de su padre.

 


La conmovedora historia de dos hijas que se encontraron en la búsqueda de la verdad se reflejó esta mañana. Juntas dieron su testimonio ante los presentes en el mencionado Memorial, donde también yacen los restos de los correntinos Rómulo Artieda y Lila Soto.

 


Todavía sorprendida, Silvia expresó “lo increíble de que hayan identificado sus restos juntos”, teniendo en cuenta que cuando se hicieron las exhumaciones correspondientes entre el 2009 y el 2013, los organismos competentes hallaron restos de 40 personas más: dos de ellas paraguayas, también restituidas a sus familiares, y otras 38 que aún no fueron identificadas.

 


Estuvieron presentes Marisa Sanauria, referente de la Comisión de DD.HH. de Corrientes y Pablo Vassel, director de DD.HH. del Consejo de la Magistratura, ambos partícipes activos de los trabajos de restitución de los restos de Rafaella Filipazzi. También el Ministro Secretario General de la Gobernación, Carlos Vignolo y demás funcionarios provinciales; diputados, senadores y concejales; el Fiscal Federal de Corrientes, Flavio Ferrini, jueces, camaristas, secretarios y otros miembros de la Justicia Federal; referentes de la Asociación de Ex Presos Políticos de Corrientes y de la organización Memoria, Derechos Humanos y Solidaridad (MEDHES) de la Ciudad de Goya; familiares de desaparecidos correntinos, militantes de los derechos humanos, amistades de Beatriz García, y vecinos en general.

 


LA INCANSABLE BÚSQUEDA

 


Rafaella se fue de Corrientes con destino a la Ciudad de Buenos Aires, pero cuando la situación se volvió más complicada debió irse a Uruguay, donde fue detenida el 26 de junio de 1977 junto a José Potenza, más precisamente en el hotel Ermitage de Montevideo.

 


“El último recuerdo que tengo son sus palabras: cuando se fue en el 76 me dijo ‘me voy, en Capital Federal no se puede estar, pero voy a volver y vamos a vivir juntas en Corrientes”, recuerda Beatriz.

 


La búsqueda de Filipazzi se inició en 1984 con la denuncia ante la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) que hizo su madre, Ida Zorzini. Pero recién con las políticas de restitución de la Memoria, la Verdad y la Justicia impulsadas por Néstor Kirchner empezaron los primeros avances.

 


Pablo Vassel contó que en el 2004 cuando era subsecretario de DD.HH. de la Provincia de Corrientes, Beatriz García acudió al organismo provincial solicitando ayuda. Fue así que, luego de establecer una red de información entre los países latinoamericanos, obteniendo datos de muchos municipios e indicios de que podía estar en Paraguay, “entre 2009 y 2013 se hicieron tareas de exhumación en distintas tumbas clandestinas que la dictadura de Stroeesner hizo, y 4 años después de ser exhumada pudo ser identificada Rafaella Filipazzi y José Potesa”, contó Pablo Vasell.

 


“Yo quise siempre aportar algo más, porque sino me sentía culpable de esto. En agosto de vacaciones fui a Asunción, y como siempre, cada vez que iba, visitaba los Archivos del Terror para buscar algo más que me permita encontrarla. En esa última búsqueda dije: mamá, por favor, quiero terminar, ¿dónde estás? Eso me impresionó mucho porque cinco días después me llamó Rogelio Goiburú (titular de la Dirección de Memoria Histórica y Reparación del Ministerio de Justicia de Paraguay) y me dio la noticia”, detalló García.

 


Pablo Vassel concluyó: “si el Plan Cóndor se diseñó para crímenes, nosotros teníamos que unirnos para la justicia. Estas criminales dictaduras retrocedieron 5 mil años atrás para desaparecer a seres humanos y no darle a las familias su derecho al duelo. Este es un acto de civilización”.

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