Desde la Asociación de Víctimas de Violaciones (AVIVI) aseguraron que los casos de abordajes en la vía pública aumentaron en los últimos meses.
El caso de la nena de 12 años abusada sexualmente en un descampado de Marcos Paz no es aislado; forma parte de una problemática alarmante: hay más de 50 casos semanales de violaciones que tienen como víctimas a chicas menores de 18 años.
La cifra surge de episodios registrados en la vía pública de la Ciudad y el Conurbano. Andrés Bonicalzi, abogado que se desempeña en la Asociación de Víctimas de Violaciones (AVIVI), explicó que "los casos con abordajes en la vía pública vienen en marcado y alarmante aumento en los últimos meses, y se trata de una problemática que debe ser reflexionada en profundidad para desarrollar mecanismos de prevención efectivos".
El especialista sostuvo que el panorama no es alentador, y que los casos van en aumento. "Claramente hay un aumento en la cantidad de denuncias, con cada vez más hechos de chicas que son abordadas o levantadas en la vía púbica", aseguró. Y añadió: "en muchos casos, en autos donde son abusadas en su interior, o llevadas para resultar violadas en algún departamento o casa".
Sobre el perfil del abusador sexual, Bonicalzi explicó que "tienen necesidad de procurar impunidad en el hecho; es decir, cometer la aberración y que no lo atrapen. Esto ocurre, lamentablemente, en la mayoría de las agresiones sexuales". "El perverso busca encontrar la oportunidad en aquellos lugares
donde confluyen diversos factores, que de algún modo resultan alineados", señaló el abogado en
diálogo con Diario Popular.
El reciente abuso sexual de una nena de 12 años en Marcos Paz, con el sospechoso detenido y
complicado penalmente por las pruebas en su contra, tuvo la particularidad de que una cámara de
seguridad captó la secuencia del abordaje en la calle de la menor, y la manera en que el sujeto la
obligó a dirigirse a una zona descampada cercana, donde la sometió sexualmente para luego darse a
la fuga.
Sobre el caso, el abogado manifestó que "seguramente el agresor no tuvo en cuenta la presencia de
la cámara". "Buscó un espacio donde no había presencia de personas, más allá de la víctima, y
tampoco del propio Estado, por ejemplo a través de luminarias deficientes, por falta de urbanización
o porque no hay prevención policial territorial", explicó.
Respecto al modo de accionar de los agresores en estas situaciones donde hay menor cantidad de
gente o poca luz, detalló que "estas falencias, sin duda, comprenden focos de alerta en los que se
apoyan los perversos, que están buscando de manera permanente las oportunidades para perpetrar
estos delitos".
