Estudio sobre eficiencia energética de Unne concluye que es necesaria una revisión y adaptación de la norma argentina, para que el etiquetado de eficiencia energética en un edificio sea correcto y para que las correspondientes decisiones políticas tengan coherencia con los lineamientos internacionales.
Una investigación de la Facultad de Ingeniería de la UNNE realizó una comparación de las normativas sobre etiquetado de eficiencia energética de edificios en Francia y Argentina, a fin de identificar aspectos que contribuyan a optimizar la aplicación de la normativa argentina que es de reciente reglamentación.
La eficiencia energética en los edificios se define como la cantidad de energía efectivamente consumida o estimada para responder a las diferentes necesidades ligadas a un uso estandarizado del edificio, lo que puede incluir la calefacción, agua caliente, refrigeración, ventilación e iluminación entre otras. Para calificar los edificios en relación a la eficiencia energética, se utilizan etiquetados que brindan al usuario la idea del rendimiento que tiene su vivienda, tal y como en los electrodomésticos.
Argentina es un país en vías de desarrollo en la temática, y recién en diciembre de 2017 fue publicada la actualización de la norma IRAM 11900 de “Prestaciones energéticas en viviendas” en el que se fija el correspondiente método de cálculo para el etiquetado.
Debido a lo reciente de la aplicación de la normativa de etiquetado en Argentina, que no es obligatoria, un proyecto de investigación de la Facultad de Ingeniería avanzó en una comparación con la normativa de Francia, a fin de establecer convergencias y divergencia entre las metodologías utilizadas.
El trabajo fue realizado por la ingeniera María Laura Canteros, docente-investigadora de la Facultad de Ingeniería de la UNNE, y la dirección del Dr. Luis Vera y el Dr. Bruno Natalini. La comparación realizada fue posible además por una movilidad académica realizada por la ingeniera Canteros en la Escuela Nacional Superior de Ingenieros de Poitiers, Francia como parte del programa ARFITEC, dónde participan alumnos de la Facultad de Ingeniería.
“Además de aprovechar la movilidad a Francia, se eligió a ese país para la comparación por ser uno de los primeros en implementar la normativa de etiquetado de eficiencia energética e irla perfeccionando hasta llegar en la actualidad a obtener como país el segundo mejor puntaje en eficiencia energética a nivel global” explicó la investigadora.
En Francia la normativa es de aplicación obligatoria para edificios destinados a transacciones inmobiliarias, nuevos edificios y edificios públicos, y se emiten dos etiquetas: una de eficiencia energética y otra de emisiones de dióxido de carbono.
En el estudio realizado por la investigadora de la UNNE, para abordar el análisis primeramente se analizaron en profundidad las normativas de eficiencia energética en viviendas unifamiliares vigentes en Francia y en Argentina de forma separada, y posteriormente se estudió una vivienda específica, relevada y etiquetada con la metodología francesa, en la región de Languedoc-Rosellón, en la localidad de Saint-Papoul, perteneciente al departamento del Aude, a 33 kilómetros de Carcasona.
Luego, se le aplica la normativa Argentina vigente para la evaluación numérica de los resultados obtenidos y su posterior comparación y conclusión.
De acuerdo a lo observado en la comparación, “consideramos necesaria una revisión y adaptación de la norma argentina, para que el etiquetado de eficiencia energética en un edificio sea correcto y para que las correspondientes decisiones políticas tengan coherencia con los lineamientos internacionales” expresó la investigadora.
Entre las observaciones destacadas en la investigación, se menciona que el valor energético calculado por la normativa argentina es alrededor de dos veces menor que la norma francesa, por lo cual la normativa argentina es más permisiva e implica que no hay una correlación entre los métodos de cálculo.
"Se destaca además que la norma argentina no agrupa ni clasifica en una escala de eficiencia con letras, es decir que en la etiqueta aparecen las letras pero no se señala a qué letra-nivel corresponde el valor calculado, por lo cual los gráficos son solamente simbólicos. Tampoco, se pueden relacionar las normas para crear una base de datos de etiquetado de eficiencia energética".
Además, la normativa de Argentina no muestra el ahorro energético que se produce al realizar mejoras en cuanto los parámetros bioclimáticos del edificio. Por esto, tampoco se pueden crear programas de ayuda económica a la mejora de las prestaciones energéticas.
No se puede asociar una escala de emisión de dióxido de carbono dada la inexistencia de correlación entre las metodologías. Entonces, con la metodología argentina no se puede estimar la mitigación de carbono del sector residencial, en cada vivienda.
Esto, a su vez, impide la aplicación de medidas para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) producto del consumo energético residencial, el cual, a su vez, es el mayor consumidor de energía en Argentina.
Según la investigadora de la UNNE, la normativa argentina requiere numerosas mediciones que luego se trasladan a una fórmula de medición, tornando compleja la metodología, mientras que la ley francesa impone una metodología mediante un método de cálculo, con cuadros y comparaciones, y una evaluación por parte de un profesional que torna más sencilla la aplicación y a la vez más eficiente.
“Al ser la normativa de nuestro país más permisiva, no se tomarían los recaudos suficientes para realizar una mejora en cuanto a la eficiencia energética de una vivienda. Además, las políticas desarrolladas a partir de la necesidad de mejora, no serían las suficientes si se aplicase la normativa argentina para la evaluación de la eficiencia energética” sostiene la investigadora.
Como continuidad de la línea de investigación de la UNNE, se proyecta la aplicación de resultados en programas de software que posibiliten la identificación de problemas y la optimización de la eficiencia energética en edificios. En ese sentido, la investigadora realizará a una nueva movilidad académica a la República Checa, un país con instituciones de investigación que son referentes en eficiencia energética.