El año inicia con dos casos nuevos en la región: Humberto Muñoz y Miguel Ávalos, cuyos casos forman parte de una labor de reconstrucción del plan sistemático de exterminio de la última dictadura. La investigación sobre el destino final de ambos es realizada por la Unidad Fiscal de DD. HH., la Procuraduría de Crímenes de Lesa Humanidad, el Registro Único de la Verdad del Chaco, el Medhes y la Dirección de DD. HH. de la Municipalidad de Goya, Corrientes.
De la serie de crímenes que formaron parte del plan sistemático de represión del terrorismo de Estado durante la última dictadura, la desaparición forzada de personas es el más emblemático, junto con la apropiación de bebés. La cuestión en torno al número aproximado forma parte de discusión que a la par que revela las tensiones que implica la memoria como construcción social permanente, busca deslegitimar una lucha encarada por organismos de DD. HH., sobrevivientes y familiares de víctimas que a lo largo de los años fructificó en una política de Estado y consenso social que hizo de nuestro país un ejemplo mundial en el juzgamiento de crímenes de lesa humanidad.
Con todo, las apariciones periódicas de nuevos casos reafirman el carácter masivo del exterminio y por ende la perseverante tarea de reconstrucción sobre el destino final de sus víctimas, una labor que se va completando y sumando casos hasta la actualidad. Tal es la historia de Humberto Muñoz secuestrado del domicilio de su madre en Barranqueras, en noviembre de 1976 y Miguel Ávalos que desaparece en la comisaría de Pampa del Indio en febrero de 1977.
Según pudo saber elDIARIO de la Región, ambos casos se iniciaron recién en 2017 e integran nuevos procesos de investigación de desaparecidos en Chaco por parte de la Unidad Fiscal de DD. HH. de la Fiscalía junto a la Procuraduría de Crímenes de Lesa Humanidad, el Registro Único de la Verdad del Chaco de la Comisión Provincial por la Memoria y de Memoria, Derechos Humanos y Solidaridad (Medhes) y la Dirección de DD. HH. de la Municipalidad de Goya, Corrientes.
Para avanzar en la cuestión, tramitaron una serie de medidas como la incorporación de testimonios y documentales. Además, la Fiscalía Federal requirió el inicio de instrucción de una causa ante la Jueza Federal Zunilda Niremperger a efectos de avanzar en el conocimiento del destino final, lugares de detención y responsables en cada uno de los casos. Por ello, la jueza Niremperger viene produciendo una batería de medidas probatorias en ese sentido.
En ese marco, desde la Justicia y de organismos de DD. HH. convocaron a la comunidad a aportar cualesquiera datos de interés, así como la colaboración de exdetenidos políticos que pudieran haber compartido cautiverio con Muñoz y Ávalos.
Humberto Muñoz
Humberto Aníbal Muñoz trabajó como chofer de la Cámara de Diputados de Chaco desde enero de 1974. Desde el 1 de abril de 1975, se desempeñó como jornalero en el Aeropuerto Internacional de Resistencia, dejando sin efecto su designación en abril de 1976.
El 25 de mayo de 1976, Muñoz se presentó espontáneamente en la Brigada de Investigaciones al enterarse que lo buscaban y estuvo detenido alrededor de 60 días. Allí, fue torturado con picana eléctrica y lo amenazaron con el secuestro de su esposa y de su hijo. Finalmente, fue liberado desde la Alcaidía.
Durante esos días, su esposa, la señora Pawlizky, fue a preguntar por su paradero en la Brigada de Investigaciones y a la Alcaidía y le dijeron que no estaba alojado en estos lugares. Entonces, recurrió entonces al doctor Cazor, quien pudo averiguar que Muñoz estaba detenido en la Brigada de Investigaciones en carácter de “incomunicado” y entonces pudo llevarle ropa, cigarrillos y comida, mientras que él le devolvía ropa sucia y llena de sangre.
Luego de ello, Muñoz -por temor- viajó a Buenos Aires, donde buscó trabajo. Allí, en el hospital Ramos Mejía le diagnostican una enfermedad en los testículos causada por la picana. De regreso a Resistencia, el 26 de noviembre de 1976, ingresaron a la casa de la madre de Muñoz al menos cuatro hombres vestidos de civil, con armas largas, en dos vehículos. Al mando de esta comitiva, fueron reconocidos Gabino Manader y Ricardo Cardozo, a raíz de que Manader fue vecino de la familia. Muñoz fue llevado esposado por sus captores, tomado los vehículos por el camino hacia Antequeras y fue la última vez que lo vieron con vida.
Miguel Avalos
Ramón Miguel Ávalos era oriundo de Santa Lucía, provincia de Corrientes. Hizo el secundario del 70 al 75 en el Colegio Manuel Alberti de Goya y, al mismo tiempo, trabajó como pequeño productor en la plantación de tabaco. Allí, se vinculó al movimiento de las Ligas Agrarias. Participó en julio de 1972 de una concentración muy importante de campesinos en la plaza de Santa Lucía, frente a la Municipalidad, por la visita del presidente de facto Agustín Lanusse.
En febrero de 1977, el diario El Litoral de Corrientes publicó un comunicado que decía que Miguel y un joven de apellido Morales, acusados de ser “subversivos” y “secuestradores”, fueron detenidos en la localidad de San Martin, provincia de Chaco. La familia fue alertada por un agente de Policía allegado respecto de un radio-despacho recibido en la comisaría de Goya, procedente de la comisaría de Pampa del Indio- Chaco. Informaron que Miguel se encontraba detenido allí, que lo citaban a indagatoria en un plazo de diez días en un Juzgado del interior de Chaco y que designaba como abogado a su tío, Juan Vargas.
A los pocos días surgió otra comunicación: una circular en la que se alegaba que Ávalos habría desarmado a dos efectivos y que se fugó de la comisaría. Desde esa oportunidad, se encuentra desaparecido.