Fernando Almeida es de Corrientes, tiene 13 años y necesita un nuevo corazón para vivir. Llegó al Hospital Garrahan esperando el trasplante que fue finalmente rechazado. Algunos interpretaron que fue a causa de la condición social de la familia. Infobae habló con la directora del centro médico que explicó los reales motivos de la decisión.
Un reciente caso que atañe al Hospital Garrahan disparó la incertidumbre y preocupación general, luego de que se difundiera un informe en el que se esgrimen las razones para negarle el trasplante que necesita para vivir a Fernando Almeida, un adolescente correntino que padece miocardiopatía dilatada por influenza B.
Tras ser diagnosticado, el joven correntino fue derivado del hospital Juan Pablo II de la capital correntina al prestigioso centro médico para comenzar un tratamiento que le permitiese recibir un trasplante de corazón. El pequeño estuvo internado casi dos semanas hasta este lunes cuando la cúpula médica resolvió que no reunía los criterios para ingresar en la lista de trasplante cardíaco del INCUCAI, de acuerdo al análisis del diagnóstico, evolución y antecentes familiares.
Pero su situación cobró notoriedad cuando trascendió una versión que indicaba que la necesaria operación fue negada por la condición social de la familia. Algunos interpretaron que no era posible por el estatus económico. Sin embargo, desde el seno familiar del joven esto fue desmentido. La propia madre de Fernando negó este rumor, aseverando que su hijo no puede recibir un nuevo órgano por su "condición física".
"Los médicos me dijeron que Fernando no estaba en condiciones de soportar el trasplante. Me dijeron que por la droga que tiene que recibir, su riñón y el hígado no van a aguantar", contó María Elena en diálogo con el programa Buenos Días América. Su físico no reúne las funciones para sobrellevar la intervención: "Me dijeron que después del trasplante debería recibir una droga muy fuerte y su cuerpo no va a resistir", confesó la madre.
Desde la Dirección Médica apuntaron que se trabaja para que todos los niños accedan a la atención y cuidado de su salud de manera equitativa. Los antecedentes los avalan. "Nos apoyamos en las políticas públicas, de salud y sociales para mejorar y/o modificar condiciones que puedan afectar dicho acceso. El eje de la práctica está basado en el compromiso con nuestros usuarios -niñas, niños, adolescentes y sus familias- y con la resolución de sus problemas", expresaron.
La versión que circuló puede deberse a una errónea interpretación. O quizás a otras cuestiones, ajenas a la tarea del Hospital. Al respecto, Rodríguez se limitó a remarcar: "Lo único que importa es que la madre tenga claro los motivos. Por otro lado que la comunidad este tranquila el Garrahan siempre seguirá dando respuesta. Solo nos mueve el interés de nuestros pacientes y su familia".
Ahora, el adolescente retornará junto a su madre a su provincia natal, a su hogar en el pueblo Gobernador Virasoro, donde aguardará un milagro. Infobae