Mujeres, lesbianas, travestis y trans se sumaron a un nuevo paro internacional. Exigen acceder al aborto legal, terminar con la brecha salarial y el fin de los femicidios y travesticidios.
Una inmensa ola de mujeres coparon las calles de las principales ciudades del país para reclamar por igualdad de género en el marco de un nuevo paro internacional feminista, conocido como el #8M.
El epicentro de las manifestaciones tuvo como principal escenario las avenidas del centro porteño con una marcha que se inició frente al Congreso y que concluyó con la lectura de un documento en la Plaza de Mayo.
Según los organizadores, participaron colectivos de "lesbianas, travestis, trans, bisexuales, personas no binarias, gordas e intersex junto a trabajadoras ocupadas, desocupadas, precarizadas, y de la economía popular".
Grupos de niñas y adolescentes con los pañuelos verdes que reivindicaron la campaña por la legalización del aborto, marcharon junto a mujeres que portaban el pañuelo violeta que rechaza la violencia machista y otras que con los pañuelos naranjas reclamaban la separación de la Iglesia y el Estado.
Muchas de esas niñas también llevaron pancartas en las que reclamaron por los derechos de las niñas víctimas de violaciones que quedaron embarazadas y no pudieron acceder a la interrupción legal del embarazo.
En medio de la multitudinaria movilización porteña, las organizadoras debieron iniciar una colecta en plena Plaza de Mayo para poder solventar el gasto de los equipos de audio, ya que se quejaron de que la CGT y las CTA se negaron a dar "el dinero que habían prometido".
El curioso hecho se dio antes de que comenzara el acto central cuando una de las organizadoras tomó el micrófono y advirtió sobre la situación.
"Hay organizaciones, como la CGT y las distintas CTA, que están boicoteando este acto y se niegan a entregar el dinero que prometieron para que podamos realizar el acto que con tanto esfuerzo construimos. Por favor, ayuden y colaboren, así podemos dar comienzo al acto", explicó.
Ante ese pedido, a un costado del escenario principal se montó una suerte de "tesorería" para recibir el dinero que aportaron gran cantidad de asistentes a la movilización.
Desde febrero pasado, el Colectivo Ni Una Menos, junto a varias organizaciones de mujeres, lesbianas, travestis y trans, trabajaron en la Mutual Sentimiento, en el barrio porteño de Chacarita, y también en diferentes ciudades del país, para organizar la movilización.
Dos días antes de llevarse a cabo la masiva movilización, las organizaciones comenzaron un acampe frente al Congreso en el que se realizaban diversos talleres sobre educación sexual integral, economía popular y feminista, y también se organizaron partidos de fútbol y varios festivales.