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Sociedad

Sin trasplante por ser pobre

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Crédito: 77948

Un niño correntino de 13 años ha sido rechazado días atrás por el hospital Garrahan como candidato a trasplante cardíaco, y devuelto a la provincia.

 

Uno de los médicos correntinos implicado en la atención, sugirió que una de las razones del rechazo era que se trataba de una familia muy pobre, que no podría asegurar, luego del trasplante, el cuidado adecuado, y esta noticia difundida por los medios provocó un comunicado del hospital Garrahan, que no desmentía la especie, aunque afirmaba que la decisión se basó en criterios internacionales, y la propia experiencia del hospital.

 

Por su parte el gobierno de la provincia de Corrientes afirmó que lo dicho por el medico era solo parte de la campaña electoral, en tanto que el gobierno de Santa Fe ofreció hacerse cargo de mejorar la situación social de la familia si ese era el impedimento, ofrecimiento descartado también por el gobierno de Corrientes.

 

El trasplante de corazón es una de las intervenciones más costosas, y menos interesantes en materia de salud de la población, de modo que ningún experto en salud la recomendaría, habiendo margen para muchas otras intervenciones sanitarias de menor costo y mucho mayor beneficio, como proveer agua potable, mejorar la nutrición infantil, etc., pero deslumbra al ciudadano común, por lo que aun países muy pobres se esfuerzan por hacerlos, y por esta razón, el Dr. Favaloro, el primero en hacerlos en el país era convocado con frecuencia por la Sra. Legrand para pedirle su opinión sobre la deuda externa, la educación o cualquier otro tema de interés público, asumiendo que quien sabe cambiar corazones sabe todo de todo.

 

Asumo que también por la razón anterior Formosa tiene un importante centro de trasplantes, que supera de lejos a todo el NEA, pese a ser la provincia más pobre de la región.

 

El primer trasplante cardíaco del mundo se realizó en un hospital de Sudáfrica, y el cirujano principal fue el jardinero del hospital, hombre de gran habilidad manual. Por supuesto que sin el apoyo de los médicos y la tecnología el paciente no habría sobrevivido, pero como lo hecho era ilegal, porque el jardinero no tenía título de médico, y además era negro, en épocas en que aún eran discriminados, la práctica se atribuyó al jefe del equipo de cirugía cardiovascular, quien a partir de ese momento se convirtió en una estrella mediática, como también lo fue Favaloro, ascendido por ley nacional a santo patrono de la salud pública, título que mejor hubiera correspondido al primer ministro nacional, Dr. Carrillo, o a otros muchos del pasado, que controlaron las grandes epidemias de fiebre amarilla, viruela, etc.

 

Además del costo y el escaso beneficio, el gran problema de los trasplantes es la disponibilidad de órganos, más en los niños, que necesitan el corazón de otro niño, y por eso la tarea de quien debe tomar las decisiones de prioridades es similar a la del médico militar, que no atiende al primer herido que le traen, sino a aquel que tiene más probabilidades de sobrevivir. Un paciente trasplantado necesita cuidados especiales durante toda su vida posterior, y por eso resulta creíble que uno de los criterios considerados por el hospital Garraman haya sido las condiciones sociales de la familia, tema que escapa al hospital. Además hacer trasplantes en condiciones desfavorables baja la tasa media de éxitos del hospital, desprestigiándolo.

 

La mayoría de los órganos trasplantados en Argentina salen de hospitales públicos, y terminan en clínicas privadas, probablemente por las razones anteriores, aunque no es el caso de los trasplantes infantiles, más complejos , que solo hace el Garrahan porque son muy pocos.

 

El caso de Sandro, que fue colocado en lista de trasplantes pese a su escasa indicación, al extremo que ninguna clínica de Buenos Aires quiso hacerlo, avivó las sospechas de acomodos, aunque hasta el presente no hay muchas razones para sospechar de la imparcialidad del INCUCAI, el organismo nacional a cargo de gestionar los trasplantes, aunque en el caso de los niños esto parece depender del Garrahan.

 

Sin embargo como la palabra de un funcionario público es hoy en día una de las cosas más devaluadas que hay, esto salpica tanto al INCUCAI, como a los directivos del Garrahan.

 

El pobre tiene muchas más posibilidades de morir que el que no lo es. Esto lo decían los socialistas hace mucho, y ha sido ratificado en fecha reciente por la Organización Mundial de la Salud, que no es socialista que se sepa, aunque hacerles o no trasplantes no mejorará mucho su salud, como si podría hacerlo sacarlos de la pobreza, tarea de la política, de la que un famoso médico alemán decía solo era medicina a gran escala. Sin embargo un trasplante, da para la política a pequeña escala, más si el suceso ocurre a pocas horas de una elección.

Alfredo Zurita 

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