Los números de la provincia del Chaco se mantienen estables y los de las grandes ciudades y otras más comprometidas se agravan. La circulación comunitaria está poniendo de igual a igual a las principales jurisdicciones contra otras más chicas. Santa Fe, Mendoza y Córdoba empiezan a desmejorar sus guarismos. Otras, con realidades demográficas más cercanas a nuestra provincia también empiezan a pasar por la misma situación, como Jujuy o Río Negro.
Por suerte para ellas gran parte de la cuarentena pudieron sobrellevarla con mucha normalidad. Eso explica en gran modo las dramáticas cifras acumuladas en el Chaco, y habla también sobre el manejo que tuvo la pandemia aquí.
En términos concretos, la pobre performance chaqueña no se interrumpió nunca, sólo que los grandes distritos están empeorando aceleradamente, alcanzando las nóminas semanales o diarias a nuestra provincia. Estadísticamente, sin embargo, el Chaco mejora.
Con esos parámetros la provincia arrancó la segunda parte de la desescalada. El elemento más visible, la apertura de bares. Parroquianos asistieron sin falta. Una señal de hace cuánto esperaban por este desahogo.
En dos semanas se verán los efectos. La esperanza, paradojalmente está puesta en la falta de apego de los chaqueños por los límites de la cuarentena, además de la incapacidad del Estado para controlar. Lo que nos trajo hasta aquí, podría ser ahora lo que haga que la situación no empeore.
Empíricamente se sabrá recién en el habitual plazo de dos semanas en los que se miden resultados. Si esta interpretación es errónea se sabrá también porque debería retroceder la flexibilización o, en todo caso, como ocurrió en el AMBA hace una semana la desescalada no progresará.
La realidad se está desnudando ahora con el regreso del fútbol. Boca, Vélez y River revelaron que tienen jugadores que dieron positivo tras los hisopados de control que los clubes practicaron a sus jugadores antes de volver a las prácticas.
Pero a partir del logro del acuerdo con los acreedores el Gobierno Nacional busca instalar un clima de pospandemia. Así surgieron anuncios en el Plan Procrear y diversas obras públicas. Parte de ellas son las gestiones que hizo esta semana el gobernador Jorge Capitanich ante el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, para destrabar fondos para los municipios.
En ese orden el clima se viene tensando en la provincia. La semana movimientos piqueteros aplicaron un plan coordinado entre varias organizaciones. Están demandando recursos y obras para realizar. Los gremios docentes están llevando adelante medidas de fuerza. El impacto, aunque para las clases digitales que se están dando es tan alto que directivos de diversos establecimientos están tomando nota de quiénes se adhieren.
En la administración central UPCP viene denunciando todavía el trabajo que realiza el personal de Salud sin las medidas de protección adecuadas, mientras los sectores profesionales de la salud están tratando de concientizar sobre el fuerte impacto que tiene la pandemia sobre el sector.
El resto de los gremios estatales aguarda pacientemente, consientes quizás de que, en la dramática caída de los recursos, el pago de haberes en tiempo, constituye un nivel de prerrogativa que pocos trabajadores pueden exhibir en este momento en la Argentina.
Para los demás sectores, se abrieron las actividades. El regreso viene también con el denominado “rebote” de la economía. No podrá pasar mucho tiempo para que el sector público incremente el nivel de reclamo. Los movimientos sociales están marcando el camino.
La desescalada traerá no solo la vuelta de la actividad, sino también el retorno de antigua realidad. La desescalada estaba impuesta desde antes de que el Estado la aplicara. Lo hicieron aquellos que no le temen al virus, que a decir del presidente Alberto Fernández, o su ministro de Salud, Ginés González García, son los que están empujando la ola de contagios que representó julio y que se consolida en agosto.
Aunque la situación sigue siendo crítica, ayer Sáenz Peña revelaba que tiene una ocupación de camas del 75 por ciento. El intendente de Tres Isletas, Layo Perduk también reveló que la salud en su ciudad está al límite. Las señales que envía el Gobierno se contradictoria. No temerle al coronavirus es la antesala de la movilización. Será la manifestación del reclamo. La administración provincial deberá estar preparada para dar respuestas, además de las sanitarias. Está llegando el momento de que tanto el Gobierno Nacional, como el Provincial, tengan que desandar el trámite para el que los ha votado la gente, desencantada de la experiencia de Mauricio Macri y de los gobernadores -aun los peronistas- que lo acompañaron a pie juntilla.