El gobernador Capitanich y la intendenta Aída Ayala participaron del oficio religioso, en la Catedral de Resistencia.
El gobernador Jorge Capitanich y la intendenta de Resistencia, Aída Ayala, participaron de la misa en honor al santo patrono San Fernando Rey, celebrada en la Iglesia Catedral de la capital provincial.
La ceremonia religiosa fue ofrecida por el arzobispo de la Arquidiócesis de Resistencia, monseñor Ramón Alfredo Dus, quien llamó al compromiso cristiano para construir juntos relaciones fraternas llena de valores.
Durante la homilía, que significó la coronación de la novena en honor al santo patrono, monseñor Dus manifestó su alegría de compartir esta fiesta de nuestra ciudad. “Dios habita en nuestra ciudad en los corazones de los creyentes. La ciudad se abre como un modo de humanizarnos y dignificarnos, ya que –como decía Aristóteles- el hombre está llamado a vivir en la polis”, afirmó el arzobispo.
Así, recordó que San Fernando fue un laico que supo dignificar su reino: “Por eso, el evangelio de hoy nos invita a transformar esta realidad desde un servicio que mira el bien del otro”, destacó.
“Nosotros también podemos hacer de nuestra ciudad un pequeño reino de Dios. Ese es nuestro compromiso fundamental, de construir juntos relaciones fraternas llenas de valores”, concluyó Dus. Así finalizó su homilía: “Podemos comprometernos más, edificar juntos algo que sea el bien de todos y que se enriquezca con la entrega de cada uno de nosotros”.
Junto al gobernador y la intendenta estuvieron el ministro de Gobierno de la Provincia, Javier Oteo; la subsecretaria de Legal y Técnica, Analía Rach Quiroga; el subsecretario de Seguridad Vial, Juan Manuel Chapo; la vicepresidenta del Instituto de Turismo, Patricia Petray; la diputada provincial, Elda Pértile; la secretaria de Servicios Públicos del municipio, Alicia Ogara, entre otros funcionarios.
AYALA: "CON EL EJEMPLO DE SAN FERNANDO, TRABAJAMOS PARA DIGNIFICAR A NUESTRO PUEBLO"
Tras participar de la misa, la intendenta de Resistencia renovó sus votos de fe y esperanza para "dejar la vida en nombre del bien común, con humildad y firmeza en el objetivo supremo de la dignificación de nuestros hermanos, como nos enseñó San Fernando".
"Quienes alcanzamos los cargos de responsabilidad institucional tenemos la obligación de ponernos a disposición de los demás; porque de eso se trata ofrecerse para gobernar a un pueblo, de creer que uno está en condiciones de servir a un pueblo, de aportar soluciones que redunden un una vida mejor para nuestros hermanos, que es el fin de nuestra tarea", opinó.
SAN FERNANDO REY, UN LAICO PIADOSO, DE FE Y ORACIÓN
San Fernando III fue un rey profundamente piadoso, hombre de fe y oración, devoto de la Virgen, de quien llevaba siempre una imagen consigo. Agradecido a Dios por sus éxitos políticos y militares, tuvo como prioridad concluir la recuperación de la península ocupada por los moros, cuidando la honestidad y piedad de sus soldados, viendo la guerra bajo la razón de la cruzada cristiana.
De buen trato con las demás religiones. Impulsó la literatura, protegió a las nacientes órdenes de franciscanos y domínicos, preparó la codificación del Derecho, entre otras obras De vida sencilla y recta. Santo laico, esposo y padre ejemplar, sabio y humilde gobernante, defensor de la justicia.
Se casó dos veces. La primera, en 1.219 con Beatriz de Suabia, de Alemania, con quien tuvo diez hijos, de los cuales le sucederá Alfonso X (El Sabio). En 1.236 muere su esposa. Vuelve a Toledo y se casa en 1.237, con la francesa Juana de Ponthieu, con quien tiene tres nuevos hijos. Alcanzó la santidad con altísimos ejemplos de pureza de vida y sacrificio personal.