Cada 29 de julio la Iglesia universal recuerda la figura de Santa Marta de Betania, hermana de María y Lázaro, amigos y discípulos de Jesús.
Santa Marta es patrona de los imposibles, del hogar, de las casas de huéspedes; también lo es de las cocineras, las amas de casa, sirvientas, los hoteleros y lavanderas.
Lázaro vuelto a la vida
A Santa Marta recurren los fieles para pedir su protección y ayuda en medio de las urgencias y dificultades, pues fue ella quien conmovió a Jesús con su gran fe: “Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano”, en alusión a Lázaro, muerto unos días antes. Luego le pide al Maestro -con fe indubitable- que lo devuelva a la vida: “Pero aun ahora yo sé que cuanto pidas a Dios, Dios te lo concederá” (Jn 11, 22).
Devoción y patronazgo
En el arte religioso, a Santa Marta se le suele representar vestida de azul o verde, con una cruz, un delantal y portando unas llaves, siempre en actitud de servicio. También es común representarla siendo amenazada por un dragón a sus pies, símbolo de que su actitud de amor y servicio son escudos contra el maligno.
Santa Marta es patrona de diversos pueblos y ciudades de España, México, Colombia y Francia. Cientos de iglesias e instituciones llevan también su nombre.