El problema sigue sin solución por los incumplimientos y los baches del sistema.
Los llamados se repiten, los SMS se acumulan y el malestar crece. “Te ganaste un auto”, engañan unos. Otros declaran “aprobados” préstamos que nadie pidió. Luego llegan las grabaciones de los políticos. Y no faltan entusiastas vendedores que insisten, con argumentos infinitos, en contratar algún seguro o hasta en pagar en cuotas la propia tumba. En el medio, charlas, comidas, tareas y siestas quedan truncas de forma irremediable.
El hartazgo acumulado por el SPAM en líneas fijas y móviles produjo en los últimos meses una fuerte ola de pedidos de usuarios para ser incluidos en las “listas negras” del telemarketing. Es decir, en las distintos registros de números a los que las empresas, en teoría, ya no pueden contactar.
El Registro Nacional No Llame, que debutó este año, sumó más de 360.000 usuarios en los primeros cinco meses: un promedio de 2.400 líneas por día o 100 por hora, de las cuales el 60% fueron celulares, según datos difundidos por la Dirección Nacional de Protección de Datos Personales del Ministerio de Justicia. Estos usuarios se sumaron a otros miles que pidieron lo mismo en los registros de varias provincias y ciudades, que aún no se unificaron –como piden las empresas– con el listado nacional.
El registro bonaerense, por caso, opera desde marzo de 2014 y ya acumula 66.000 líneas, de las cuales 24.000 se incluyeron este año. El de Capital, que arrancó en 2009, protege al menos a otros 80.000 vecinos.
De todos modos, el problema de los llamados y mensajes molestos parece lejos de solucionarse, incluso para quienes están en las “listas negras”, porque aún muchas empresas las ignoran. Sólo a nivel nacional, se recibieron este año más de 37.000 denuncias por el tema, de las cuales más de 20.000 “derivaron en expedientes administrativos”, según se informó. Las restantes, en tanto, cayeron por fallas de forma o porque el reclamo era por llamados molestos que sí están permitidos.
Y ese es otro problema: en su creación, los registros No Llame no incluyeron los llamados por campañas políticas y las encuestas, que recientemente causaron gran cantidad de quejas. Un “bache” que entidades de usuarios piden revisar.
En la Asociación de Marketing Directo de Argentina, que agrupa a empresas que usan venta telefónica, creen que el registro nacional fue un “gran avance”, aunque admiten que falta. “Nuestros socios lo respetan, pero puede ocurrir que los usuarios inscriptos sigan recibiendo llamados. En general, no es de grandes marcas, sino quizás de sus agentes, concesionarios o productores, que son más difíciles de alinear”, comentó Mary Teahan, encargada de Relaciones Institucionales de la entidad. “Es gente que no va a comprar nada, pero algunos parecen no entenderlo. Además, puede pasar que aún no se haya plegado al sistema el 100% de las empresas que deberían”, agregó.
Héctor Polino, de Consumidores Libres, coincidió en que muchos usuarios, “pese a estar inscriptos, siguen siendo molestados” con llamados y mensajes de televenta: “la gente se enoja y corta”. “Recibimos muchas quejas por contactos para ofertas comerciales de todo tipo. Aunque, este año, las encuestas y mensajes electorales encabezaron el ranking. Hay gente que fue molestada de madrugada, y si cortaban los volvían a llamar”, añadió Claudia Collado, presidenta de Acción del Consumidor.
En la Dirección de Comercio bonaerense, a cargo del registro local, detallan que los rubros más denuncias son “bancos, empresas de alarmas y seguros, aunque también analizan casos de empresas “como las de telefonía fija, celular e Internet”. La venta de autos es otro foco de bronca, según las entidades de usuarios. Luego aparecen los servicios de salud y cementerios.
La ventaja de entrar en el Registro Nacional –trámite gratuito que se hace al 146 o en nollame.gob.ar– es que el número queda protegido para contactos desde todo el país, y no sólo del mismo distrito. Según la ley 26.951, las empresas que igual se comuniquen con esa gente por cualquier medio –incluido el SMS y el WhatsApp–se exponen a multas de $ 1.000 a $ 100.000, entre otras sanciones. Pudo saber Clarín que esos castigos se están aplicando, aunque desde el Ministerio de Justicia no dieron detalles sobre ese ni otros aspectos del Registro. En la Provincia, al contrario, detallaron que ya hubo 56 denuncias y aplicaron sanciones de $ 5.000.
Entre las firmas, igualmente, reconocen que muchas denuncias no prosperan porque la infracción resulta “difícil de probar”. En especial si las llamadas molestas se recibieron en teléfonos sin servicio de identificación. “Termina siendo –grafican– la palabra del usuario contra la de la empresa”. (Clarín)