La salud es un sistema que recibe los problemas de los demás sistemas sociales.
Como las ondas en un estanque el programa PPT del domingo pasado, referido a la pobreza en Chaco, ha sido amplificado ayer por todos los medios, omitiendo en algunos casos los pasajes más burdos, las escenas de desnutridos por ej., y centrándose en las hospitalarias, más creíbles, por ej., las esperas en el Perrando.
El sistema de salud está sometido a presiones de otros varios sistemas que están a la base de los actuales problemas que se muestran, y que no son específicos de Chaco, sino de todo el país, y de muchos otros del tercer mundo.
Por un lado se ha producido un exceso de profesionales para satisfacer expectativas de las clases medias en busca de futuro para sus hijos, y este exceso de oferta ha derivado en excesiva especialización, medicalizando a la población en demasía, de modo que ahora quien tiene un resfrío quiere que lo atienda un especialista en resfríos, y se le haga una tomografía computada para estar seguros del diagnóstico, así que todos buscan directamente acceso a la máxima complejidad, tal cual lo hacen siempre los VIP, dando ejemplo al resto de la población. Todos quieren ir a la punta de rieles, para usar una frase usada en el programa PPT.
Una parte de los profesionales no encuentra ya cabida en el sistema privado, de modo que quieren que los sostenga el estado a un nivel de ingresos comparable al que podrían obtener allí, lo cual es lógico pensando en la inversión que realizaron, y esto explica las luchas interprofesionales actuales, y las huelgas continuas. En el pasado, que llegué a conocer, viviendo cómodamente del ejercicio privado, el profesional iba al hospital generalmente sin salario alguno, para conversar con los colegas, tomar un café, aprender algo, y de paso sentirse bueno.
Por otro lado no se ha readecuado la infraestructura sanitaria, para concentrar la oferta, ya que parte de la medicalización es inevitable, por la tecnologización de la medicina, sino que se la ha descentralizado más aun, para responder a expectativas de fuentes de trabajo en el interior, cada vez más escasas. Disponiendo de plata dulce, préstamos internacionales y fondo sojero se ha construido sin pensar en un planeamiento global, agravado porque por su lado el sistema privado también construye sin control alguno, duplicando recursos.
Cada uno de los problemas anteriores deriva de una solución al problema creado en otro sistema, que repercute en el de salud, y una frase de la OMS resume bien la situación en muchos países. “En salud todos reman, pero nadie timonea”, es decir que las universidades forman personal sin pensar en las necesidades, en cantidad y calidad, se construye sin pensar si se dispondrá luego de recursos para el funcionamiento, las obras sociales funcionan con independencia de las políticas públicas, etc.
El planeamiento solo es posible si se comprende que la salud funciona como un sistema, y que todas sus partes repercuten sobre el funcionamiento global, y que una medida de coyuntura que resuelve un problema en alguna parte, puede terminar complicando al sistema.
El gobierno nacional se ha desentendido del problema del planeamiento en salud desde hace muchos años, y de él dependen las universidades, las obras sociales nacionales, el PAMI y la industria farmacéutica, que son actores importantes, y espera que el mercado regule, de modo que, y eso se ha visto en especial en los últimos seis años, el ministerio nacional entendió que su función era proveer la mayor cantidad posible de vacunas a las provincias, y que lo demás lo resuelvan ellas, ya que somos un país federal.
Por otra parte las provincias no pueden sino tomar decisiones de coyuntura, sobre todo las del norte, con más problemas de pobreza, en parte porque estos actores clave están fuera de su control, y ahora veo con estupor que la universidad nacional de Sáenz Peña piensa crear un hospital de alta complejidad, cuando la provincia acaba de inaugurar un hospital de alta complejidad, ya que el sentido común indica que estos servicios deben concentrarse, y solo espero que el municipio allí no cree un centro de trasplantes para tener también sus propias fichas en el juego.
Para el médico es fácil entender la idea de sistema, pues el organismo lo es, y sabe que el medicamento que resuelve el problema del corazón, perjudica al hígado y/o al riñón, de modo que dudará en indicarlo, salvo que el paciente diga que le resuelva ahora el problema del corazón, y que ya nos ocuparemos de los problemas de hígado o el riñón cuando aparezcan.
No mencionaré en detalle la cantidad de falacias utilizadas por todos los bandos en pugna, empezando por aquella que dice que en Chaco solo hay 1,1 médicos por mil habitantes, ni aquella que dice que la carrera sanitaria resolverá los problemas, puesto que estamos en tiempos electorales y hacer esto es uso y costumbre.