El Xeneize realizará una práctica matutina de fútbol en el predio de Ezeiza en la que se comenzará a dilucidar el plan del entrenador para el partido de vuelta de los octavos de final.
La performance de Boca en el partido de ida frente al Bolso dejó una imagen tenue. El entrenador decidió innovar y probó un esquema distinto para ir al Gran Parque Central: el extraño 4-5-1. Paró a Alan Varela de volante central junto con Guillermo Pol Fernández y Jorman Campuzano de internos. Cristian Medina, que había jugado de enganche o de interno en los últimos duelos, quedó inclinado sobre la banda izquierda y Luis Advíncula se ubicó por la derecha. Por su parte, Miguel Merentiel estuvo como único punta.
En apariencia, la igualdad sin goles no es un mal resultado para un partido de ida de Copa Libertadores. El problema reside en que el Xeneize prácticamente no pateó al arco ante Nacional. Por lo tanto, el DT volverá a las bases y modificará el bloque ofensivo.
En cuanto al esquema, el entrenador probará esta mañana con dos extremos por afuera y un delantero de referencia. Exequiel Zeballos -por izquierda- y Lucas Janson -por derecha- se perfilan como candidatos a ocupar esos dos puestos, mientras que la Bestia sería el único atacante de raza. Tampoco se descarta que Valentín Barco, una de las figuras de Boca en el semestre y uno de los puntos más altos de la ida, empiece de titular en la banda izquierda.
Otra formación que implementará Almirón a modo de prueba será la tradicional 4-4-2. Si se decide por este esquema habrá tres nombres para dos lugares: Cavani, Benedetto o Merentiel. No obstante, la Bestia pica en punta para ir desde el arranque y tiene más chances de estar en el once que el Pipa y el Matador. La defensa tampoco se quedaría atrás y podría sufrir modificaciones, entre ellas el posible ingreso de Bruno Valdez por Nicolás Figal o Nicolás Valentini.