El Xeneize está muy lejos de su mejor versión y eso se refleja en los cambios permanentes que realiza el entrenador.
La temporada para Boca comenzó muy lejos de las expectativas generadas en la previa. La versión actual es una sombra del campeón de la Superliga y la Copa Diego Maradona y eso se refleja en los cambios y las pruebas permanentes de Miguel Ángel Russo.
La temporada comenzó ante Gimnasia La Plata, el 14 de febrero, con un empate 2-2. Aquel día el sistema utilizado fue un 4-4-2, con Leonardo Jara como lateral derecho, Nicolás Capaldo como mediocampista central -en sociedad con Alan Varela, otro que luego perdió terreno- y Mauro Zárate acompañando a Carlos Tevez en ataque.
En el partido siguiente, contra Newell's (victoria 1-0), Russo cambió el dibujo y pasó al 4-1-4-1. La principal novedad estuvo en la nueva posición de Capaldo, que dejaría definitivamente su rol habitual para ser el lateral derecho titular. Eduardo Salvio, Jorman Campuzano y el chico Cristian Medina -muy bien considerado por el DT- vieron sus primeros minutos.
El aire positivo que trajo de Rosario sirvió para que tengo eco una vieja frase del fútbol: equipo que gana no se toca. Russo repitió dibujo y nombres en otra igualdad en la Bombonera, esta vez ante el recién ascendido Sarmiento. Misma alineación pero bajo rendimiento.
A continuación, un paréntesis. Llegó la Copa Argentina y se esperaba una sólida actuación ante Claypole, recientemente ascendido a la Primera C, para despejar dudas y ganar en confianza. Nada de eso ocurrió. Russo empleó un 4-3-3 con varias modificaciones y el papelón estuvo cerca. En cuatro partidos, tres sistemas distintos.
En la cuarta fecha de la Copa Liga Profesional, Boca sacó a relucir toda su jerarquía y le propinó a Vélez un 7-1 histórico, y como visitante. Russo volvió al 4-1-4-1 que le dio resultado en el pasado con algunas novedades: Capaldo se afirmó como lateral derecho, apareció Gonzalo Maroni entre los 11 y con un gol y Zárate ya no fue el centrodelantero, dejándole el lugar a Tevez.
Entre las certezas aparecían Esteban Andrada como dueño incuestionable del arco, Frank Fabra como lateral izquierdo, Campuzano en el medio, el pibe Medina cada vez más firme, la velocidad de Sebastián Villa y la presencia de Edwin Cardona, quien se volvió el eje del juego del Xeneize.
La zaga central fue otro dolor de cabeza. Carlos Izquierdoz y Carlos Zambrano iniciaron como dupla pero rápidamente se metió Lisandro López en la disputa y el ex-Chacarita hoy parece número puesto. Boca ya no tiene la solidez defensiva de otros tiempos.
Llegó el momento del Superclásico frente a River (otro empate como local) y Russo volvió a cambiar. Utilizó un 3-4-3 flexible, con Zambrano, López e Izquierdoz en la última línea y Capaldo y Fabra asegurando los laterales. Sin Cardona, lesionado, Maroni se metió como extremo derecho con funciones de armador, como lo hacía el colombiano. Zárate se quedó en el banco.
Esa tarde se produjo el debut de Marcos Rojo, quien ingresó en el complemento cuando River dominaba y tenía un hombre más tras la expulsión de Zambrano. El zurdo todavía no pudo ganarse un lugar entre los titulares.
El fin de semana pasado, Boca pronunció su mal momento con una caída en la Bombonera ante Talleres a poco del cierre. Russo regresó al 4-1-4-1, el esquema de seguridad en momentos de turbulencia. En la danza de nombres a probar entró Agustín Almendra, que pasó de borrado por no presentarse a entrenar a titular. Más allá de eso, la base se mantuvo.
La tabla de posiciones habla por sí sola. Boca tiene 9 puntos y está a 6 de Vélez, el líder de la Zona B. Mientras tanto, Russo analiza continuar con las variantes.
¿VUELVE LA LÍNEA DE 3 ANTE DEFENSORES?
Este miércoles, desde las 20.10 y con la televisación de TyC Sports, Boca jugará ante Defensores de Belgrano por los 16avos de final de la Copa Argentina. Para el duelo que se desarrollará en Estadio Ciudad de La Plata, Russo piensa cambiar el dibujo táctico y regresar a la línea de tres defensores que le funcionó en el último Superclásico ante River.
El último partido ante Talleres, que fue derrota por 2-1 en La Bombonera, dejó malas sensaciones en el Xeneize, por eso el técnico quiere cambiar de esquema y de nombres: Carlos Zambrano y Marcos Rojo tienen todos los números para ser de la partida ante Defensores de Belgrano.
LOS QUE PERDIERON TERRENO
A pesar de los constantes cambios, hay jugadores que no lograron aprovechar la dinámica. Ramón Ábila es el caso más emblemático: no fue ni convocado en la presente temporada y su futuro estará en Minnesota United.
En la lista de los que poco lugar tienen están Zárate, que fue de más a menos, Julio Buffarini, Jara, Franco Soldano, Varela y Agustín Obando, además de algunos juveniles. Salvio, recuperándose de una lesión de rodilla, será baja por largo tiempo.