No pudo contener la emoción cuando terminó el combate. La medalla de bronce para José Luis Acuña ya era una realidad. Especial, sin dudas. Después de un retiro prematuro, el chico nacido en de Plottier, Neuquén y que actualmente está radicado en la Capital de Corrientes, sintió que todo el sacrificio valió la pena. Había dejado el taekwondo porque pensaba que estaba «lejos», pero en Santiago 2023 se subió al podio en los Juegos Panamericanos.
«Me había retirado, me había tomado un tiempo del taekwondo. Psicológicamente no me sentía bien. Es muy difícil, lo psicológico juega mucho. Uno piensa que está lejos, que es lo que me pasó a mí», reconoció quien el miércoles cumplirá 21 años.
Acuña tuvo su experiencia olímpica en Buenos Aires 2018, en donde estuvo muy cerca de colgarse una medalla. A fines de 2021, decidió dejar el taekwondo y fue a probar suerte en el fútbol, aunque rápidamente se dio cuenta que no era lo suyo.
«Me fui a probar a Independiente de Neuquén (de 9). No era lo mío, pero al menos lo pude probar. Pude intentarlo, que eso también es parte de la vida», destacó Acuña y siguió: «Uno tiene que intentar, tiene que ir, mi familia me apoyó. Es difícil también porque toda la vida fue taekwondo, toda la vida fueron medallas importantes, toda la vida fue trabajo duro y entrenamiento. Y de la nada tener que ir a buscar un trabajo, jugar en Independiente de Neuquén, ser suplente, no entrar… No tener la misma repercusión porque el fútbol es muy distinto pero, bueno, al menos me di la oportunidad de probarlo. Me llevo un lindo recuerdo de ahí también. Les mando un saludo a todos y también en el supermercado en el que trabajé. A todo Neuquén y todo Plottier».
El retiro del taekwondo lo llevó al fútbol y también a la carnicería. José Luis necesitaba busca un trabajo y lo consiguió como repositor en un supermercado, que recordó con cariño.
«Tenía que hacer tres meses de prueba y al mes y medio estaba adentro. Me dieron una bienvenida muy buena. Por ahí en Neuquén soy un poco conocido por el deporte y me reconocían. El respeto era mutuo. Uno va aprendiendo, tiene un oficio de carnicería, una linda experiencia», contó.
Para este deportista todo lo que le pasó después de dejar el taekwondo y todo lo que le sucede ahora «te hace ver desde otro lado lo que hoy en día estoy viviendo. Lo disfruto al máximo, ahí adentro me sentí yo. Dejé todo por mi país, por mi bandera, pude traer una medalla para mí, para mi familia y todos los que me apoyan».
LA INSPIRACIÓN Y EL RESCATE DE SUS ÍDOLOS
«A nivel deportivo, Messi es mi ídolo. Como muchos dicen, Messi es el capitán de todos. Desde chiquito uno lo ve, soy su fan número uno. Cómo perdió, se cayó y volvió a intentarlo. Se fue de la Selección, volvió. Y eso nos da a los chicos, a nosotros, que también buscamos ser alguien en el deporte, dejar un nombre en la historia, eso de volver a intentarlo. Que se puede, que al final cuando pelea e intenta las cosas salen», sostuvo.
«Me inspiré en él y también en mis dos máximos ídolos que son los hermanos Crismanich, tanto Sebastián (medallista dorado en Londres 2012) como mi entrenador, Mauro. Me han fortalecido mentalmente en este año que volví para esto, para venir acá y saber que se puede», agregó.
UN MENSAJE A LOS CHICOS
Por último, luego de conseguir la medalla de bronce en la categoría de los 68 kilos, José Luis les mandó un mensaje a aquellos chicos que, como le pasó a él, piensan en dejar de intentarlo: «El mensaje es que lo intenten, que se den la posibilidad, la oportunidad. La vida es una. No hay edad para hacerlo. Obviamente, hay que meterle mucho trabajo y mucho sacrificio. En la categoría gana uno, el oro, yo hice bronce. No gané la categoría. Pero tiene un reconocimiento, todo lo que sacrifiqué valió la pena. A veces no es un oro, pero es un bronce con sabor a oro. Y, a veces, ni siquiera es un bronce pero el hecho de estar acá compitiendo también vale. Darle ese mensaje, que lo intenten y sigan adelante. Que peleen por sus sueños. Todo es posible en la vida».