Después de la eliminación en octavos de final de la Champions League ante Bayern Munich y de su decepcionante actuación individual, lo único claro sobre el futuro de Lionel Messi es que cumplirá su contrato con el París Saint Germain hasta el 30 de junio próximo. Eliminado del torneo continental y de la Copa de Francia, lo único que le queda a Messi es asegurarse un nuevo título de la Ligue 1 francesa, en la que PSG le lleva ocho puntos de vetnaja al Olympique de Marsella. Y que parece demasiado poco en función de la inversión que los qataríes han hecho para tratar de ganar la Champions.
Del 30 de junio en adelante, se le abre a Messi abre un amplio campo para las especulaciones en el que todas las posibilidades, menos una, parecen abiertas. Su padre, Jorge, había iniciado conversaciones con el qatarí Nasser Al-Khelaifi, presidente del PSG y el director deportivo, el portugués Luis Campos, durante la Copa del Mundo. Pero esas charlas parecen haberse enfríado.
El correr de los días entregará indicios respecto de si el capitán de la Selección Argentina campeona del mundo, prefiere continuarlas para extender un año más su contrato con el equipo de la capital francesa o habilita a su padre para escuchar ofertas de otros clubes europeos o cerrar trato con el Inter de Miami, equipo que ya ha dejado claro su intención de incorporarlo para jugar en la MSL de los Estados Unidos y ciudad donde la familia Messi tiene negocios en la industria hotelera y de la computación.
La chance de un regreso con toda la gloria al Barcelona, el club donde Messi se formó y se hizo jugador, ídolo global y leyenda del fútbol, también está puesta sobre la mesa. Pero antes de cerrar la vuelta a gran escala, los Messi padre e hijo deberán limar asperezas con el presidente de Barcelona, Joan Laporta, el mismo que en 2021 no le renovó contrato por no poder ceñir su contrato a la pauta salarial fijada por la Liga española.
Laporta reveló hace poco charlas informales con Jorge Messi sin traslucir si en ellas se evaluó el retorno del supercrack argentino. Pero antes de emprender el regreso a su mansión en Castelldefels, Messi exigirá una política deportiva y el armado de un plantel acorde con lo único que, después de la histórica consagración en el Mundial del Qatar, parece faltarle: una nueva Champions League que no pudo reconquistar con el PSG.
Lo que si está fuera de toda consideración es la utopía de un paso por Newell's con la idea de cerrar su carrera o al menos jugar un año en el club del que es hincha. Más alla de la conmoción nacional que generaría, no hay recursos para afrontar el desembarco de Messi en el fútbol argentino, salvo que quiera regalarle a Newell's un año de su vida o decida jugar por un dinero casi testimonial. Además, la inseguridad que se registra en Rosario y el tiroteo del frente de un supermercado propiedad de su suegro, desaconsejan cualquier decisión de vivir aunque sea seis meses en la ciudad que lo vio nacer.
Nasser Al-Khelaifi, el presidente del París Saint-Germain, ya plantea por estas horas un cambio inmediato en la dirección técnica del PSG. Quiere reemplazar a Christophe Galtier llegado a principios de temporada como reemplazo del argentino Mauricio Pochettino. Pero por ahora y a pesar de algunos trascendidos periodísticos Marcelo Gallardo no es prioridad. La prensa francesa afirma que el candidato para la sucesión es el alemán Thomas Tuchel, actualmente desocupado y quien en 2020 se alejó del club tras haber perdido ante Bayern Munich, la final de la Champions 2019/2020.