El Monitor de Provincias del IERAL mide la evolución de la actividad económica en cada jurisdicción, tomando como parámetros a indicadores de capacidad de compra (masa salarial, préstamos), de uso de factores productivos (combustible, energía, empleo), financieros y de fondos externos (exportaciones, transferencias nacionales y regalías).
Luego de la bonanza de las commodities de 2003-2011, la economía argentina entró en un periodo de estancamiento, con sus oscilaciones, y sufriendo ahora una recesión. En ese contexto, y desde una perspectiva regional, nos preguntamos cómo ha sido la performance de las provincias durante el período 2015-2019.
Acorde al Monitor de Provincias, a mitad de 2019 unas pocas terminan mejor que hace cuatro años (La Pampa, Córdoba, Santa Fe). En términos generales, la región Pampeana ha tenido una mejor performance, mientras que han estado más complicados el NOA y buena parte de la región Patagónica, exceptuando Neuquén.
En el caso de la provincia de Corrientes, tuvo una caída del -3% en sus indicadores de actividad económica.
En la región NEA, Formosa también tuvo un descenso del -3%, Misiones del -6% y Chaco del -8%.
Para comprender el porqué de este desempeño regional, se tomarán en cuenta tres indicadores, que representan los impulsos que han tenido las distintas provincias: impulso privado, impulso exportador e impulso fiscal.
En estos últimos años, el estancamiento y las diferentes devaluaciones terminaron generando una significativa caída en el poder de compra de la población en todas las provincias argentinas, que explica la abrupta caída en las ventas comerciales, especialmente en aquellas de bienes de consumo postergable, como los autos. Es decir, hablamos de un impulso privado negativo.
En el caso de Corrientes, la masa salarial privada (neta de inflación), tuvo una caída de -10%, en Formosa la caída fue del -14%, en Misiones también de -14% y en Chaco se registró un descenso de la masa salarial privada del -12%.
Llamativamente, este fenómeno ha sido menos acentuado en buena parte de la región pampeana, pero muy marcado en otras provincias, caso de Catamarca (minería) y Tierra del Fuego (promoción industrial). Estas diferencias están en parte vinculadas con el capítulo siguiente, que considera el factor exportaciones.
En cuanto al impulso exportador, en 2016 se redujeron impuestos a la exportación y se quitaron distinto tipo de restricciones, mientras que desde mayo de 2018 el dólar se encareció notoriamente. Estos factores repercutieron positivamente en aquellas provincias con mayor sesgo exportador. Aun vendiendo el mismo monto en dólares, se beneficiaron al percibir un dólar más caro. La región más exportadora es la Pampeana.
Corrientes tuvo un incremento del 2% en sus exportaciones en el periodo analizado, Formosa se mantuvo igual, mientras que Misiones y Chaco tuvieron una leve merma del -1% entre el primer semestre de 2015 y primer semestre de 2019.
Mientras que el impulso fiscal dejó en evidencia que las provincias más beneficiadas con las exportaciones, no fueron fiscalmente contractivas, observándose que su recaudación de impuestos se rezaga con respecto a la inflación. En algunos casos también hubo expansión del gasto público.
Esto no ocurrió en varias provincias norteñas, que generalmente son más dependientes de fondos nacionales. Debido a su debilidad financiera, en el periodo de cuatro años, sus gobiernos tendieron a elevar la recaudación de sus impuestos provinciales, y a ser más moderados en su gasto primario. Es decir, fueron contractivos en un periodo recesivo. Su impulso fiscal resultó siendo negativo.
Corrientes tuvo un impulso fiscal positivo del 3% aproximadamente, mientras que Formosa, Misiones y Chaco tuvieron una performance negativa en su impulso fiscal, aunque con muy leves caídas.
Según resume el informe del IERAL, en estos cuatro años, hubo una caída en la actividad económica en la mayoría de las provincias argentinas (considerando hasta la primera mitad de 2019). En buena parte, se debió a un impulso privado negativo, con población con menor poder de compra, tanto por el estancamiento como por el ajuste generado por las distintas devaluaciones.
En este difícil contexto, algunas provincias pudieron compensar con un impulso exportador positivo, principalmente las que más venden al exterior (región pampeana), que también se beneficiaron con menores retenciones.
Mientras que, por otro lado, aquellas jurisdicciones que no son exportadoras, y más dependiente de fondos nacionales, tendieron a aplicar una política fiscal contractiva (menos gasto y más impuestos), generando un impulso fiscal negativo, agravando la crisis en sus lugares. Entre las más complicadas se hallan varias provincias norteñas.
Como casos especiales, varias provincias se vieron perjudicadas por el pobre desempeño en sus principales productos exportados, como cobre en Catamarca, y petróleo en varias provincias patagónicas, con la notoria excepción de Neuquén, impulsada por el proyecto de Vaca Muerta.