Un informe de la cámara industrial de la carne informó en estos días que las exportaciones de carne vacuna en 2018 fueron las más elevadas de los últimos nueve años, pero también reconocieron que el consumo interno bajó casi 4% a raíz de los fuertes aumentos de precios.
El informe también señala que en enero último, la faena de hacienda vacuna se ubicó en 1,05 millones de cabezas. El nivel de actividad resultó inferior tanto al comparar con el mes previo como con enero de 2018 y la menor oferta se habría explicado por los problemas climáticos que dificultaron la llegada de los animales a la industria.
De todas formas, el incremento en los precios lleva a que cada vez menos correntinos consuman carne vacuna con la asiduidad que caracterizó siempre a los argentinos. En varias carnicerías de la ciudad se aplicó desde enero un incremento que ronda el 15 y 20 por ciento, y se llega a pagar un corte de primera entre 210 a 230 pesos por cada kilo.
Para el sector que se dedica a la producción, esta suba en el precio de los cortes en general, tiene su fundamentos, no sólo en la cadena de alimentación del ganado, también se suman los gastos desde que se saca al animal de los corrales hasta el transporte de la carne a las carnicerías.
También sostienen como otro de los agravantes del precio de la carne y demás productos de consumo masivo, es que ya están las nuevas tarifas eléctricas que comenzaron a llegar en febrero, por lo que muchos decidieron trasladar el aumento al precio final. Pero también saben de las dificultades de los consumidores. Durante enero advirtieron una caída del 4% de la demanda. Aunque aseguran que los consumidores correntinos compran al menudeo; no dejan de comprar carne, pero compran menos, no llegan a un kilo, señalan en las carnicerías del Mercado de Productos Frescos.
También hay quienes se vuelcan a consumir más cerdo o pollo, aunque también se han registrado incrementos en los precios de esas carnes.