Como un déjà vu de fines de abril de 2018, cuando se desataba la crisis cambiaria, el dólar se disparó hoy casi 4% y marcó un nuevo récord. En medio de una salida masiva de los capitales especulativos de los activos argentinos y ante una creciente dolarización de carteras, el tipo de cambio minorista saltó $1,40 hasta los $44,92 en el promedio de los bancos de la city porteña e incluso en algunos de ellos cerró por encima de los $45.
La divisa estadounidense se fortaleció hoy en el mundo. Así, fue otro día complicado para las monedas emergentes, en la que el peso volvió a encabezar por lejos las caídas producto de las debilidades locales. En Argentina, el dólar mayorista subió 3,7% a $43,95, mientras que en Brasil avanzó 1,4%; en México, 0,8%; en Chile, 0,7%; y en Perú, 0,4%.
En el país, la dolarización se acelera en sintonía con la ola vendedora de bonos, que llevó el riesgo país al récord de 954 puntos básicos. Las principales presiones locales son los temores de los fondos extranjeros de un posible default durante el próximo mandato, cuando ya no haya dólares del FMI para financiar el pago de los casi u$s150.000 millones que vencen; la aceleración de la inflación, que estimula el desarme de plazos fijos; y la típica incertidumbre que antecede las elecciones presidenciales.
Así, fue otra jornada de elevado volumen de operaciones, en la que se se pactaron u$s889 millones. Ayer, la venta de dólares había alcanzado el pico de 2019: u$s943 millones.
“La demanda por cobertura impulsó una significativa suba del tipo de cambio mayorista, que hoy alcanzó nuevos máximos históricos”, señaló Gustavo Quintana, operador de PR Corredores de Cambio. Por su parte, Fernando Izzo, de ABC Mercado de Cambios, remarcó que los bancos, empresas e inversores dieron la orden de “comprar dólares”durante todo el día.
En ese marco, el Banco Central convalidó una suba de medio punto porcentual en la tasa de las Letras de Liquidez (Leliq), que quedó en 68,4%. Sin embargo, las escasas armas con las que cuenta una entidad maniatada por el acuerdo con el FMI (sólo podrá intervenir con la venta de u$s150 millones diarios cuando la divisa rompa el techo de la banda, fijado en $51,45) parecen ya no dar resultado.
La mayor alarma que encienden la creciente tensión cambiaria es que sucede en el trimestre de mayor oferta de divisas, en la que el mercado preveía una relativa mayor estabilidad aunque con días de estrés. Todos los años abril aporta la temporada alta de la cosecha (este año el agro viene liquidando unos u$s100 millones diarios, lejos del boom esperado por el Gobierno) y en esta oportunidad se sumaron las subastas del Tesoro de u$s60 millones por días. Pero la demanda no afloja.
"En abril el dólar suele estar más tranquilo porque llegan las agrodivisas. Por este motivo, la reciente suba es 'estacionalmente preocupante': si con temporada alta de exportaciones, tasa de interés de política monetaria casi en 70% y elecciones lejos estamos así, ¿qué nos esperará en julio?", planteó Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina.