Afirmó en Washington que la situación en que quede la economía es absoluta responsabilidad del Gobierno, el Fondo Monetario y los acreedores privados.
En un alto a su visita a Washington, donde dio una charla y mantuvo reuniones con inversores, el ex ministro de Economía Axel Kicillof aseguró hoy que "nadie puede querer un default" de la Argentina, pero acusó al Gobierno de manejar "tremendamente mal el timón" del país. "Esperemos a ver en qué situación queda la economía. Eso es absoluta responsabilidad del Gobierno y del Fondo Monetario y los acreedores privados", advirtió.
"Nadie puede querer un default. Lo que pasa es que el problema es en qué condiciones va a estar la economía y qué va a hacer el Gobierno de acá a diciembre", sostuvo el diputado nacional por el kirchnerismo, que en una eventual tercera gestión de Cristina Fernández de Kirchner podría volver cargos ejecutivos, e incluso suena como potencial candidato de Unidad Ciudadana al cargo de gobernador en la provincia de Buenos Aires.
"Es muy difícil que de acá a diciembre nosotros como partido de la oposición podamos hacer algo al respecto, y sin embargo todas las preguntas son a nosotros. El timón de la cuestión lo tiene el Gobierno nacional. Lo ha manejado tremendamente mal", se quejó durante una entrevista radial.
Kicillof se pronunció así durante una comunicación telefónica con Oscar González Oro desde Washington, donde llegó para dar una charla en el Wilson Center, invitado para hablar, con los mercados revueltos y la incertidumbre electoral, sobre la realidad económica argentina y los próximos desafíos, en una visita que despertó especial interés ante las encuestas que reflejan chances de que Cristina Kirchner ganar las elecciones.
A su criterio, "hay un eje invertido que todo el tiempo apunta a la oposición, y el problema hoy es del Gobierno y qué hace el Gobierno". Y agregó que durante la gestión de Cristina Kirchner "cumplimos con todos nuestros compromisos, nunca tuvimos una postura de no cumplirlos".
En un alto a su visita a Washington, donde dio una charla y mantuvo reuniones con inversores, el ex ministro de Economía Axel Kicillof aseguró hoy que "nadie puede querer un default" de la Argentina, pero acusó al Gobierno de manejar "tremendamente mal el timón" del país. "Esperemos a ver en qué situación queda la economía. Eso es absoluta responsabilidad del Gobierno y del Fondo Monetario y los acreedores privados", advirtió.
"Nadie puede querer un default. Lo que pasa es que el problema es en qué condiciones va a estar la economía y qué va a hacer el Gobierno de acá a diciembre", sostuvo el diputado nacional por el kirchnerismo, que en una eventual tercera gestión de Cristina Fernández de Kirchner podría volver cargos ejecutivos, e incluso suena como potencial candidato de Unidad Ciudadana al cargo de gobernador en la provincia de Buenos Aires.
"Es muy difícil que de acá a diciembre nosotros como partido de la oposición podamos hacer algo al respecto, y sin embargo todas las preguntas son a nosotros. El timón de la cuestión lo tiene el Gobierno nacional. Lo ha manejado tremendamente mal", se quejó durante una entrevista radial.
Kicillof se pronunció así durante una comunicación telefónica con Oscar González Oro desde Washington, donde llegó para dar una charla en el Wilson Center, invitado para hablar, con los mercados revueltos y la incertidumbre electoral, sobre la realidad económica argentina y los próximos desafíos, en una visita que despertó especial interés ante las encuestas que reflejan chances de que Cristina Kirchner ganar las elecciones.
A su criterio, "hay un eje invertido que todo el tiempo apunta a la oposición, y el problema hoy es del Gobierno y qué hace el Gobierno". Y agregó que durante la gestión de Cristina Kirchner "cumplimos con todos nuestros compromisos, nunca tuvimos una postura de no cumplirlos".
Cuestiones domésticas
Se quejó, además, de las posturas extremistas, a las que les restó importancia de cara al futuro, pese a tener muchos antecedentes históricos: "Argentina ha tenido debates entre unitarios y federales, industrializadores y agroexportadores, peronistas y antiperonistas. Yo creo que hay una discusión de modelo de país que aún no se ha saldado, y que si la pudiéramos hablar más tranquilos sería más facil".
A la hora de referirse concretamente a la grieta, explicó que "no es campo o industria. Obviamente que se necesitan las dos cosas, obviamente que no se necesita solamente integración o aislamiento, sino cuidar lo propio".
"Creo que hay que volver a un país en donde el gobierno se preocupe por lo que le está pasando a la gente", explicó.
Al dar un ejemplo, dijo que mientras los empresarios dicen que no pueden pagar los sueldos, los trabajadores afirman que no les alcanza. "Hay algo que está mal, algo está desordenado; creo que habría que volver a ordenar las cuestiones básicas", afirmó.
Sinceramente
Consultado sobre si vio la presentación del libro de la ex presidenta en la Feria de Libro de Buenos Aires, contó que lo tuvo que ver por diferido porque tenía varias reuniones planificadas de antes, incluso, a que se supiera de la existencia del texto.
Además de la charla en el Wilson Center, Kicillof aprovechó su viaje a Estados Unidos para reunirse con Matt Clausen, presidente de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés) y la directora de la entidad, Gimena Sánchez; en la Cámara de Comercio de Estados Unidos con Anne McKinney, vicepresidente para las Américas y presidente del Consejo de Negocios con la Argentina; Allí estará Isabel Quiroz, directora ejecutiva de ese último organismo.
Antes, hizo escala en México, donde se reunió con altos mandos del gobierno de Andrés López Obrador y brindó una conferencia en la Universidad Autonóma de México (UNAM), donde explicó que gobiernos como el que integró o el de Luiz Inácio Lula da Silva, en Brasil, consiguieron resultados en el terreno de crecimiento, distribución del ingreso, creación de empleos e industrialización a través de las políticas públicas que implementaron con el objetivo de disminuir la pobreza, bajar el desempleo, recuperar el salario mínimo, disminuir la deuda pública y mejorar la distribución con fortalecimiento de las instituciones.