El inesperado concurso preventivo pedido por el grupo ERSA por problemas económicos, con el correr de las horas, empieza a deshilachar dudas sobre la existencia de un agobio financiero sobre los bolsillos de Juan Carlos Romero, considerado el nuevo Jeque de Corrientes. Su pasivo llega a la friolera de $2.235.890.426,16, pero los activos alcanzan a la nada despreciables suma de 4.486.166.304,82. En una simple ecuación, el poderoso empresario puede afrontar sin sobresaltos sus deudas. Le sobra paño como se dice.
Todo hace suponer, que el Mono Romero, busca ganar tiempo en un juez universal donde deberán acumularse todos los juicios que tiene por reclamos laborales y algunos civiles por operaciones no canceladas con terceros (figuran intimaciones de ART), con la idea de pagar menores costos. Y rogar que ninguno de ellos, que según detalla serían 62 acreedores, no le pida la quiebra de sus sociedades.
Algo que difícilmente irá a suceder, porque la mayoría querrá cobrar algo por lo menos. No pocos estudios jurídicos sospechan que Romero armó un escape para dilatar sus pagos en una maraña judicial que puede llevar un par de años. Mientras no cometa un concurso fraudulento, solamente dependerá de las habilidades chicaneras de sus abogados, y de su exultante poder económico con influencia política con incidencia en el Poder Judicial.
El juez 28 de febrero a las 09:00 se sorteará el síndico. Y por el momento, la jueza que entiende en el proceso, Marina Alejandra Antunez (Juzgado Civil Nº9) le prohibió a Romero salir de país en los próximos 40 días. También le inhibió de vender y gravar bienes, sobre todo las de sus suculentas empresas.
Juan Carlos Romero tiene una fortuna fuera del país, en propiedades y empresas, con otros nombres y socios extranjeros, donde seguramente los tentáculos de sus acreedores locales no podrán llegar.
1588