El avance de los precios acumuló 23,1% en el primer cuatrimestre del año y 58% en los últimos doce meses; los alimentos y bebidas, el capítulo que más pesa en el IPC, mostraron un alza de 5,9%; la ropa aumentó 9,9%
Con un dólar que aún corre atrás de los precios y en medio del debate por el alza de tarifas, la inflación fue en abril de 6%, lo que implicó una desaceleración frente a marzo -el peor dato mensual en dos décadas-, pero en un nivel aún muy elevado. Por caso, estuvo casi dos puntos por encima del mismo mes del año pasado. El dato anual es el más alto en los últimos 30 años.
El IPC que calcula el Indec acumuló en el primer cuatrimestre del año un avance de 23,1%, mientras que en doce meses llegó a 58%. Se trata del peor dato desde enero de 1992 (76%) superando así el 57,3% de mayo de 2019. La inflación núcleo -que elimina precios regulados y estacionales- aumentó 6,7%, más de dos puntos por encima del año pasado y arriba de marzo. Los alimentos subieron 5,9%, por lo que desaceleraron frente al 7,2% que mostraban en marzo.
El rubro que más aumentó fue el de Prendas de vestir y calzado (9,9%). Es también el que más incremento refleja en los últimos doce meses, 73,4%, misma variación que Restaurantes y hoteles, que en el mes, sumó 7,3%. Salud subió 6,4%.
El Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) que elabora el Banco Central (BCRA) estimaba para el mes pasado un avance de 5,6%. Los diez mejores pronosticadores prevén, según el informe de abril, un alza anual de 65,7% en 2022 (una suba de 4,8 puntos por encima de lo que esperaban en marzo). En off the record, fuentes del equipo económico reconocen que un 65% es un “escenario optimista”. El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó una franja inflacionaria de entre 38% y 48%, pero en su último panorama económico sólo mencionó el techo de esa franja.
El dato se conoce en medio de una fuerte interna entre el presidente Alberto Fernández, y la vicepresidenta, Cristina Kirchner, por el rumbo de la economía y el impacto de los precios en los salarios, hecho que podría golpear las intenciones presidenciales del Frente de Todos el año que viene. “No estamos conformes ni contentos con los índices de inflación”, dijo el Presidente hoy desde Francia. En el centro de esa tormenta quedó el ministro de Economía, Martín Guzmán, que viene asegurando que la inflación está impulsada por dos canales: uno externo, por los impactos de la guerra en Europa del Este, y otro vinculado a la imposibilidad de anclar expectativas por la guerra interna en el Gobierno.
“A la inflación hay que atacarla de forma decidida y consistente. Que se logre resolver el problema de una forma duradera, y eso no se resuelve en cinco minutos. Requiere mucha fuerza en la implementación de un programa económico”, dijo ayer en el programa A Dos Voces, el ministro, que volvió a recalcar la importancia de que los salarios reales suban. En marzo, según el propio Indec, los salarios privados -tanto formales como informales- perdieron con la inflación.
LOS 10 PRINCIPALES CONCEPTOS DE @MARTIN_M_GUZMAN EN “A DOS VOCES”
"Queremos que crezca el salario real y aumente más que la inflación de forma sólida, que se vea crecimiento de salarios reales. Es un momento en que el país tiene mejores condiciones para que esto se fortalezca". pic.twitter.com/cZ7oPfxJh7
— Ministerio de Economía de la Nación (@Economia_Ar) May 12, 2022
“Si alguien dice ‘yo de un año para otro resuelvo el déficit fiscal y llego a superávit’, no se puede. Está mintiendo. ¿Qué va a hacer? ¿Va a quedarse el país sin inversión en educación y obra pública? Hay que actuar con sentido común y racionalidad”, agregó en tanto sobre el plan macroeconómico del Gobierno. Señaló además que hay que bajar la emisión. Ambas condiciones están en el acuerdo con el FMI (a lo que se suma la acumulación de reservas). Sin embargo, el Gobierno ya lleva usado un buen porcentaje -$285.000 millones, o 0,4% del PBI- de la emisión permitida (1% del PBI) en el Programa de Facilidades Extendidas este año gracias al nuevo giro de $83.730 millones del BCRA al Tesoro el viernes.
Por otro lado, la presión del cristinismo llevó al Gobierno a sumar bonos -no permanentes, como pretende parte del Frente de Todos a través del salario universal presentado anteayer en el Congreso- a distintos segmentos de la población que costaron, según estimó la Fundación Capital, unos $330.000 millones, casi un 0,4% del PBI (un porcentaje cercano al que se comprometió el ministro a la hora de reducir el déficit fiscal acordado para destrabar dólares del Fondo). En Economía afirman que es la propia inflación -vía recaudación- la que sirve para financiar ese refuerzo de la política social. El Palacio de Hacienda informó hoy que el universo de los nonos llega a 13,6 millones de personas.
La fuerte aceleración de la inflación llevó además a multiplicar cierres de paritarias con un nuevo techo, por encima del 60%, y algunas en hasta siete cuotas, como la de Comercio (la más grande del país). Por otra parte, abrió viejos debates sobre el futuro del peso: “Eso es un delirio. Dolarizar es dar por perdida la posibilidad de construir un Estado Nación en serio. Es aceptar una derrota como país. Lo que hay que hacer es construir nuestra propia moneda”, dijo ayer Guzmán.
Apenas conocido el dato, en el Ministerio de Economía remarcaron la reducción de la tasa mensual de inflación y sugirieron que sigue “traccionada por las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania”. Subrayaron la leve desaceleración en el valor de los alimentos, pero indicaron que las mayores subas se dieron en Aceites y Pan y Cereales, (entre 8% y 15% según la región), seguido de Carnes y derivados y Lácteos, con alzas de entre el 5% y 7%.
La mirada de los analistas
“Con la inflación de abril en 6%, la anual es 58%, la mayor inflación en 30 años”, afirmó Fernando Marull, economista de la consultora FMyA. “El dato luce peor que el de marzo, porque la core fue de 6,7%, mayor al que se registró en marzo”.
“La inflación de abril fue del 6% mensual y, aún más importante, la inflación núcleo, la que marca el ritmo, se aceleró, llegando al 6,7% mensual. Es decir, la Argentina navega cada vez niveles más elevados de inflación. La inflación núcleo promedio del primer cuatrimestre equivale a 84% anualizado”, indicaron en la consultora LCG.
En la primera semana de mayo, el Relevamiento de Precios de los Alimentos de LCG refleja un aumento de 5,4% respecto a la misma semana de abril. De confirmarse este dato, significaría un aporte de 1,4 puntos de inflación. Sobre esto -estimaron- habrá que sumar aumentos del 11% en Combustibles; 8%, en Prepagas; 9,5%, en Telefonía, cable e Internet; 15,5%, en GNC; 9%, para empleados domésticos; entre el 15% y 20%, de aumento en las expensas y 8%, de suba para los colegios privados de Buenos Aires. Entre todos, aportarían aproximadamente 1,7 puntos adicionales en mayo.
“En un marco optimista, una desaceleración de la inflación mensual a registros del 4% supone una inflación de 68,4% anual a diciembre. No obstante, esto luce poco probable. Sobre los efectos de una inflación internacional más alta, a nivel local se sumarán los derivados del levantamiento de algunas de las anclas que, hasta el año pasado, contenían la dinámica de precios. El BCRA viene acelerando el deslizamiento del tipo de cambio, según lo comprometido con el FMI, y el Gobierno avanzó en audiencias públicas para levantar el congelamiento de tarifas. Los impactos de primera y segunda vuelta se sentirán en los próximos meses”, indicaron en LCG donde dijeron que ya esperan niveles arriba de 70% en diciembre.