Mientras las cadenas de supermercados buscan implementar la iniciativa, los pequeños comerciantes se debaten en un mar de preguntas.ioscos, almacenes, minimercados o despensas de barrio miran con desconcierto la implementación de las medidas anunciadas por el Gobierno nacional, por la cual los comercios deberán vender productos de la canasta básica sin aplicar el IVA. Ahora bien, ¿cómo se vive la iniciativa en la realidad local?
Para responder esta pregunta, se recorrió diversos comercios de los barrios del Sur de la ciudad, como Mil Viviendas, Unión, Colombia Granaderos, Fray José de la Quintana y La Olla, donde fueron los comerciantes quienes explicaron la realidad en la que viven y lo complejo que sería poder aplicar la medida del Gobierno en un contexto en el que los que se encuentran en el último sitio de la cadena de venta no han recibido notificaciones para la aplicación
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Carlos, un comerciante que hace varios años logró montar un pequeño comercio en las Mil Viviendas, ayer en diálogo con este medio explicó el circuito por medio del cual se provee de productos y destacó que si bien tomó contacto con los mayoristas que lo proveen, nadie le da una respuesta concreta. “Estamos perdidos, desorientados, porque el Gobierno lanzó la medida que a todas luces es buena, pero no se detalló el modo de implementarla en toda la cadena de comercialización, razón por la cual, por ejemplo, yo no sé cómo llevarla adelante ya que mi proveedor me sigue vendiendo todos los productos con IVA”, sintetizó.
El problema es mucho mayor del que los consumidores imaginan, ya que no sólo los comerciantes tienen stock de productos por los cuales ya se ha pagado el IVA, sino que no saben cómo recibirán el reintegro en el caso de que éste se dé por parte del Gobierno.
Es que la cadena que comienza con el fabricante del producto y termina en un kiosco de barrio atraviesa por el pago del impuesto en cada uno de esos pasos. “Lo que me dice el proveedor es que la quita del impuesto es al consumidor final, no en la venta de la cadena intermedia, por lo cual me lo cobra, pero yo no se lo puedo cobrar al cliente, no se entiende”, sintetiza el comerciante.
Por su parte Teresa, quien tiene un almacén en el barrio Unión, remarca que si bien conoce las medidas, reconoce que aplicarlas a lo pequeños comerciantes se le hace imposible. “Acá viene el proveedor y me dice ‘esto sale tanto’ y yo lo único que puedo decidir es si compro o no compro”, explica la mujer que también destaca que no se puede comparar el costo de un producto en la góndola en un supermercado que en un comercio de barrio.
“Todos saben que los pequeños comerciantes tenemos costos muchos más accesibles que los supermercados”, explicó.
Así es que como dato este medio pudo observar que mientras una leche marca Ilolay de litro en tetra pack cuesta $57 en un supermercado del centro, en los barrios se la puede conseguir a $53, o bien el kilo de azúcar que tiene un costo promedio de $38, en los barrios se la puede encontrar a $34.
“Es cuestión de recorrer para darse cuenta de que no hay relación en los precios, es difícil saber cuál es el valor de un productos”, remarcó Alicia, del barrio Fray José de la Quintana.
Oscar, quien tiene un pequeño almacén en el barrio la Olla, en contacto con este medio resaltó que no tenía conocimiento de la medida. “Acá no hay muchas vueltas que darle a este asunto, cada día los comercios compramos menos porque tenemos menos dinero y los proveedores son los que nos ponen el precio, ante eso no podemos hacer nada”, sintetizó.
La realidad es que la medida nacional parece de aplicación dudosa en los almacenes que día a día luchan por mantenerse en pie y ser el último bastión de la alimentación de las familias en los barrios.
Estamos perdidos, desorientados, porque el Gobierno lanzó la medida, pero no el modo de implementarla.
CARLOS, DE LAS MIL VIVIENDAS
El proveedor y me dice ‘esto sale tanto’, y yo lo único que puedo decidir es si compro o no compro.
Del recorrido por los barrios realizado por este medio se desprendió un dato alarmante, se trata de la fuerte caída de las ventas que se registró esta semana. Teresa, comerciante del barrio Unión, especificó que los últimos cuatros días la ventas cayeron de manera notable. “Acá la gente viene todo el día a buscar una leche, un poco de pan, harina, fiambres, pero esta semana tuvimos días que vendimos muy poco”, dijo.
La realidad se repitió en todas las zonas visitadas, donde los comerciantes destacaron que los últimos días la gente cuidó aún más el bolsillo. Al ser consultados sobre cuáles son los productos con mayor salida, todos coincidieron en que el pan, fideos, salsa de tomates y fiambres son los productos más buscados.
“Había muchas familias que hasta mediados de año venían a comprar productos para cocinar, ahora ya no están viniendo, eso quiere decir que están yendo a los comedores de la zona”, explicaron en un pequeño comercio del barrio la Olla.
Mientras que los comerciantes del barrio Mil Viviendas destacaron que la gente dejó de comprar carne y gaseosas, ahora la mayoría compra pollo y pan.
Respecto a lo que depara la semana, la mayoría de los vendedores destacó que lácteos y fiambres sufrirían aumentos.