Con fundamentos teóricos de la comunicación social y el lenguaje las Cátedras de Teorías de la Comunicación Social III; Sociología General y Teoría y Método de la Investigación Social, de la carrera de Comunicación Social de la Facultad de Humanidades de la UNNE apoyaron a la maestra que puso en discución el lenguaje inclusivo en Corrientes.
Corrientes Hoy reproduce el comunicado:
Como trabajadores, estudiantes, docentes, artistas, militantes (y tantas otras múltiples identidades que nos atraviesan) celebramos la actitud y valentía de una docente correntina en incorporar en su clase lenguaje inclusivo y animarse a desarrollar contenidos de educación sexual integral. Entendemos que pueda generar resquemores o incluso incomodidad entre tutores o aún entre funcionarios, pero consideramos que el respeto a la diversidad de género es un derecho social e individual adquirido como pueblo y que su puesta en práctica es parte del ejercicio democrático.
Desde Saussure en adelante sabemos que el lenguaje humano es actividad y proceso social. Que por lo tanto, se sitúa, contextualiza, reproduce y muta históricamente. Gracias a los aportes de los lingüistas Sapir y Lee Whorf, podemos entender además al lenguaje como constitutivo (y constituyente) de enfoques o teorías de la realidad: un hablante de hopi (lengua amerindia) ve el mundo de manera diferente que un hablante inglés, diría Whorf.
Fue ya a mediados del siglo pasado que un grupo de lingüistas ingleses investigó sobre la relación entre lenguaje y práctica social para concluir, entre otras cuestiones: que las diferencias de habla así como las variaciones lingüísticas expresan análisis y apreciaciones divergentes sobre la propia experiencia; o que las diferencias lingüísticas recrean activamente las diferencias sociales estructuradas que las provocan; que el uso del lenguaje no es un mero reflejo de los procesos y la organización social sino parte constitutiva de ellos (Fowler, Kress; Trew, 1979).
Nos parece pertinente recordarlo en estos días en que desde diversos ámbitos se discute sobre la puesta en práctica de lenguaje inclusivo y más aún cuando desde la cartera educativa en la provincia de Corrientes se afirma, -paradójicamente en nombre de una pretendida verdad científica- que el discurso educativo debe ceñirse estrictamente a los cánones de la Real Academia Española. Si un grupo de “padres” (¿madres no?, ¿todes tutores?) se escandaliza por el uso de la expresión bienvenides, en el aula. Pero si la inscripción de dicho término habilitó además un espacio sobre contenidos de educación sexual integral -que debería ser parte transversal de la currícula pero aún lejos estamos - es parte de un debate sumamente rico y necesario.
Los cambios en la puesta en práctica del lenguaje a los que venimos asistiendo implican un proceso que no se limita a lo discursivo, pero no por ello hay que relativizar el peso de la palabra. Pueden incomodar, pueden provocar críticas, contradicciones internas, pueden ser parte de marchas y contramarchas, pero como docentes, periodistas, trabajadoras y trabajadores o responsables de políticas públicas -en el ámbito que sea, pero más aún en el de la Educación, no podemos eludir. Constituimos y somos constituidos por el lenguaje. No por nada el psicoanálisis estructura su práctica en relación a la Ley de la Palabra. “Para que la vida sea realmente viva es necesaria una transmisión del deseo de una generación a otra” (Recalcati, 2014), transmisión que requiere del testimonio como acontecimiento que no puede estar por fuera del lenguaje, explica un analista italiano que no casualmente viene ocupándose hace tiempo de una gran variedad de males que afectan sobre todo a jóvenes (adicciones, depresión trastornos alimentarios).
A riesgo de omitir todo lo anterior e incluso si el lenguaje fuere una cuestión menor, como propuso la ministra en sus declaraciones sobre el tema, y el eje debiera estar puesto en el respeto a las diferencias -quién pudiera negar su valor- nos permitimos los siguientes interrogantes. ¿Qué diferencia puede respetarse cuando un grupo de personas no se siente nombrada dentro de ámbitos cotidianos de socialización como es un aula de clase? No ser nombrado es en este caso igual a no ser visto, no ser reconocido. ¿Qué diferencias se reconoce desde la exclusión? Recordamos que condición del respeto es la capacidad de mirar con distancia, capacidad diluida en estos tiempos de permanente exhibición, desde la perspectiva del filósofo surcoreano Byun Chul Han (2014) No se respeta entonces lo que no se ve desde una cierta distancia, pero tampoco aquello que no se puede nombrar, por caso el reconocimiento de las diversas identidades de género. Pero históricamente no podemos olvidar de otras diferencias, de otras identidades negadas o no reconocidas en su sentido más amplio. ¿No es ese el caso, por ejemplo de la lengua guaraní que en muchos casos vio en la institución escolar una barrera de exclusión? ¿No dejamos de respetar diferencias al no asumirlas en un sentido radical?.
Celebramos todo debate honesto, democrático y respetuoso que pueda darse en relación al tema. Celebramos y le damos la bienvenida a esa incomodidad si nos sirve para crecer como sociedad.
Frente de Mujeres Universitarias Nordeste
Adhieren
Cátedra de Teorías de la Comunicación Social III; Sociología General y Teoría y Método de la Investigación Social, Facultad de Humanidades de la UNNE.
Colectivo de Mujeres Organizadas Corrientes
Red Corrientes de Derechos Humanos
Comisión de igualdad de género CODIUNNE
Cepa Exactas.
Horda de Lesbianas Chaco.
Movimiento Universitario de izquierda UNNE (MUI)
Movimiento Sur UNNE
Taller Lohana Berkins Corrientes
Partido Comunista Corrientes
Sororidad Veterinaria "Amalia Pesce"
Observatorio de Conflictos Sociales del NEA
Asamblea de Disidencias sexuales corrientes
Frente Terciario Marea Verde Trabajo Social Corrientes
Revista Transiciones Comunicación Rizomática
El Observatorio de Conflictos Sociales del NEA
Sororidad Ciencias Agrarias
Movimiento Kuña Mbarete Maria Conti
Frente Universitario Popular (FUP)
Mujeres EVITA CHACO
Frente de diversidad EVITA CHACO
Mumala
Área de género de barrios de pie