Su origen se remonta a 117 años, durante la presidencia de Julio Argentino Roca. Conocé por qué se celebra en esta fecha.
Todos los 20 de septiembre en la Argentina es el día del jubilado, que también es conocido como trabajador pasivo. Se trata de una fecha que reconoce a todas las personas que dejaron de trabajar debido a la edad, pero que tiene su origen a inicios del siglo XX, durante la presidencia de Julio Argentino Roca.
En Argentina, se toman en cuenta dos cuestiones para poder jubilarse: los años de trabajo con aportes y la edad de las personas. En general, las mujeres suelen jubilarse a los 60 años mientras que los hombres a los 65, ambos con 30 años de aportes. Si bien esto suele ser algo frecuente, las formas a la hora de jubilarse dependerán de la actividad o rama laboral que desarrolle el trabajador.
Además de conmemorar la sanción de la primera ley de jubilación, esta fecha busca reconocer el trabajo durante años de las personas que ahora están jubiladas, y romper con el prejuicio que hay con las personas mayores a quienes muchas veces -desde el ámbito laboral- se las tilda de pasivas, retiradas o improductivas.
Por ello, para este día tan especial, el INADI articula con centros de jubilados, asociaciones, y otras organizaciones relacionadas con la temática, a través de talleres, campañas de difusión, información, concientización, capacitación y prevención para evitar de esta manera cualquier tipo de discriminación hacia los jubilados.
El origen del día del jubilado: la primera ley de jubilación
El 20 de septiembre de 1904, durante la presidencia de Julio Argentino Roca, se sancionó la primera ley de jubilación. Ese mismo año se creó la Caja Nacional de Jubilaciones y Pensiones Civiles que inicialmente solo beneficiaba a los trabajadores del Estado. Sobre todo funcionarios, personal de los ferrocarriles y magistrados judiciales.
De ese modo dio los primeros pasos el sistema contributivo argentino con el que cada trabajador brindaba una tajada de su sueldo para el momento de su retiro. Con el correr de los años el beneficio se extendió otras actividades y gremios como los aeronáuticos, bancarios, periodistas, obreros gráficos, entre otros.
Y en 1954, durante el gobierno de Juan Domingo Perón, se pasó de un sistema de capitalización individual a uno de reparto, que funcionó hasta 1994, cuando, reforma previsional mediante, nació el muy cuestionado Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones (SIJP).
Según esta modalidad las empresas privadas podían gestionar los fondos provenientes del aporte individual de los trabajadores. Esto duró hasta 2008 cuando, durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, se promulgó la Ley 26. 425 que enterró la jubilación por capitalización para brindar el sistema previsional público y obligatorio que funciona hasta nuestros días.
Sea como sea, los jubilados son uno de los sectores más castigados a lo largo de la historia Argentina.