La Organización Meteorológica Mundial advirtió que agosto comenzó con un calor inusual y destacó el caso de Argentina. Consideran que la “ola de calor invernal en algunas zonas de Sudamérica es realmente asombrosa”.
Después de un fin de semana con temperaturas muy frías el termómetro volverá a subir como lo viene haciendo muy seguido durante el invierno.
Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), a partir del lunes toda la semana las temperaturas sobrepasarán los 20 grados, con un pico previsto para el miércoles cuando en Entre Ríos podrían registrarse marcas superiores a 30 grados. Ya no son excepciones o días aislados, sino que la propia Organización Meteorológica Mundial (OMM) habla de “un calor inusual” y pone a la Argentina como uno ejemplo del fenómeno.
“Agosto comenzó con un calor inusual en partes de América del Sur, incluidas partes de Argentina, Brasil, Chile y Uruguay. Chile registró su segunda temperatura invernal más alta de la historia para un día de invierno con 37 grados en la ciudad de Vicuña. El norte y centro de Argentina registraron temperaturas de hasta 38 grados”, dice la OMM. Fue la marca de la ciudad salteña de Rivadavia, el 1° de agosto.
Javier Andaluz, licenciado en Ciencias Ambientales de la Universidad de Salamanca, dio cuenta de que las olas de calor extremo que vivió este verano Europa tienen un correlato en Sudamérica a través de “bloqueos cálidos de altas presiones”, que hace que varias ciudades de la región estén batiendo récords.
Andaluz, que además es coordinador de Clima y Energía en Ecologistas en Acción, dijo en una entrevista con el sitio español El eco de los 40, que “se instala una masa de aire caliente sobre un territorio concreto y eso provoca que se alcancen temperaturas más propias del verano en pleno invierno”.
Agregó que El Niño, fenómeno cuyo impacto en Argentina el SMN ya los considera con un impacto del 96 por ciento, “siempre había traído un incremento de la temperatura durante todo el año, pero lo que estamos viendo este 2023 es excepcional”.
“El clima extremo, un hecho cada vez más frecuente en nuestro clima cada vez más cálido, está teniendo un gran impacto en la salud humana, los ecosistemas, las economías, la agricultura, la energía y el suministro de agua. Esto subraya la creciente urgencia de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero tan rápido como sea posible, profundamente posible”, dijo el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.
Andaluz habló de “episodios que se enmarcan en toda una serie de señales de alarma que están dando los principales institutos meteorológicos del mundo, que advierten graves cambios en los patrones de circulación atmosférica”. Los expertos consideran que El Niño ha sido alterado, a su vez, por el incremento de la temperatura global.
Según un artículo de Matthew Patterson, asistente de investigación postdoctoral en Ciencias Atmosféricas, Universidad de Oxford, publicado en The Conversation, los anticiclones de bloqueo pueden provocar olas de calor de tres maneras fundamentales.
Una de esas maneras es la atracción hacia ellos de aire más cálido procedente de la zona del Ecuador; en segundo lugar, el sistema también comprime y atrapa el aire, calentándolo; y por último, las altas presiones hacen que haya poco aire ascendente y poca nubosidad, lo que permite que el sol caliente la tierra en forma constante durante el día y se acumule calor.
Maximiliano Herrera, climatólogo que rastrea las temperaturas extremas en todo el mundo, declaró a la CNN que América del Sur está experimentando una “feroz ola de calor invernal” que tiene “características excepcionales por su área, duración e intensidad”. Según advirtió, varias estaciones meteorológicas están registrando sus temperaturas más altas en la primera mitad de agosto.
La ciudad de Buenos Aires tuvo un récord invernal el último 1° de agosto, cuando el termómetro llegó a los 30 grados, lo que lo convirtió en el comienzo de mes más caluroso en 117 años de datos. El récord anterior para ese día, de 24,6 grados centígrados, había sido en 1942.
“La actual ola de calor 'invernal' en algunas zonas de Sudamérica es realmente asombrosa”, dijo a la Deutsche Welle Carl-Friedrich Scheusser, investigador del Instituto Geográfico de la Universidad de Humboldt de Berlín y aseguró: “Está fuera de toda duda que este fenómeno es el resultado de la crisis climática provocada por el hombre”.