Los recuerdos de la infancia vienen a la memoria con un aire de nostalgia cuando se acercan los primeros días de noviembre, mes que, para los católicos, se convierte en símbolo de entusiasmo por la tradición del Ángeles Somos.
En el Día de Todos los Santos, los jardines de infantes e instituciones educativas en general realizarán, como es habitual, actividades para mantener viva esta costumbre. De esta manera, algunos saldrán a recorrer las calles de la ciudad vestidos de ángeles, proclamando bendiciones y esperando a cambio dulces. Comercios y casas particulares acostumbran a esperar a los niños con algunas golosinas con el fin de sostener la antigua práctica en esta parte del país.
Por otro lado, desde hace unos años fue cobrando fuerza una campaña en Corrientes en contra de los festejos de Halloween e impulsando la realización del Ángeles Somos, que está más vinculado a la cultura hispánica y católica.
"Es importante revalorizar nuestra identidad, sobre todo, las que son más propia de nuestra zona. Es algo que desde hace un par de años en las comunidades parroquiales y en los colegios católicos se está tratando de recuperar", comentó Cynthia Romero, encargada del área de Prensa del Arzobispado, en diálogo con República de Corrientes.
Agregó que "la intención es querer que todos sean santos. En Caá Catí, es una celebración muy grande en la que no solo salen los niños, sino también los adultos. Incluso ese día no hay clases porque los chicos salen a recorrer todo el pueblo".
En el interior
"Ángeles somos, del cielo venimos, trayendo regalos. Colación, colación, su bendición"; "Ángeles somos, ángeles somos, venimos a pedir colación y rogamos tu bendición", "Ángeles somos, del cielo bajamos, pan queremos, ¿hay por quién rezar en la casa?", distintos estrofas que los niños entonaban al tocar a las puertas de las casas.
Los versos que se recitaban al visitar cada uno de los hogares varían de acuerdo con las costumbres del lugar, y muchas veces a las deformaciones propias de la transmisión a través de la tradición oral. Pero tenían en común dos elementos: las bendiciones y las golosinas o "colaciones".
Si bien en localidades pequeñas todavía se conserva, en las ciudades más grandes apenas los abuelos recuerdan la emoción que les producía la llegada del 1 de noviembre.
Así también otras ciudades alistan eventos relacionados con la fecha. Loreto y San Miguel son algunas de las que preparan actividades todos los años en busca de afianzar una tradición propia de la provincia.
La Dirección de Cultura de Mercedes destacó que, "con el objetivo de revalorizar nuestras tradiciones, seguimos llevando adelante este evento con la satisfacción que año a año contamos con el acompañamiento de la comunidad con la participación de los niños vestidos de angelitos, pidiendo dulces a cambio de una oración". Asimismo, invitó a los niños a participar del evento que se llevará a cabo pasado mañana, a partir de las 17 en la plaza 25 de Mayo. La inscripción se realiza en Caá Guazú y Jose María Gómez. Los niños de 0 a 6 años deberán ir vestidos de angelitos.
En tanto, en Itatí se juntarán frente a la basílica desde las 18. En la convocatoria también indica que los niños podrán disfrazarse de algún santo que la familia tenga devoción. De esta manera, desde temprano habrá niños vestidos de ángeles recorriendo las calles en diversas ciudades como Concepción, Caá Catí, San Miguel y Curuzú Cuatiá.
Ramón Topeka González, un profesor de Mburucuyá, afirmó que "nuestro pueblo es un lugar que preserva algunas tradiciones de antaño, que no se sabe cuándo empezó y por qué; solo sabemos que algunas veces también fuimos protagonistas recorriendo las calles que nos llenaba de alegría y plena felicidad".
Esta tradición originaria de España llegó a Cartagena de Indias gracias a los colonizadores, para ese entonces el papa Bonifacio IV tomó la decisión de trasladar el Día de los Santos al primero de noviembre. La República.
