Desde Goya el director del hospital local admitió que el ministerio de Salud Pública mermó los testeos masivos que se hacían hasta hace poco. Cada autotest tiene un costo de casi $2.000.
Se trata de la estrategia del Gobierno provincial aplicada a fines de enero pasado tras el regreso del gobernador y sus funcionarios de sus respectivas vacaciones. De esa forma, reduciendo la cantidad de testeos diarios, bajó considerablemente el número de contagios en la provincia.
“Nunca se dejaron de hacer test. Mermaron, sí. Porque hubo ciertas normativas por parte del Ministerio de Salud Pública de la provincia donde se comenzó a testear, más que nada, a mayores de 60 años con comorbilidades, a los pacientes que no tengan ningún tipo de vacunas o tuvieran vacunación incompleta y tuvieran alguna patología preexistente que se pudiera complicar y a las embarazadas que estuvieran sintomatológicas al momento de consultar por un test. O sea, se tomó esa norma, más que nada porque hubo un momento donde hubo una sobrecarga del sistema de salud porque mucha gente venía a testearse antes del viaje y no era la prioridad del sistema de salud el testear a alguna persona para un viaje”.
La explicación dada por el titular del Hospital Regional de Goya, blanquea el nuevo esquema de trabajo iniciado por la administración provincial para gestionar la pandemia en el marco de la tercera ola que golpea a toda la provincia.
