El 25 de julio la Iglesia celebra la Fiesta de Santiago el Mayor, uno de los doce apóstoles elegidos por Cristo, quien ostenta el título de Patrono de España. El apóstol Santiago destaca en la historia de la Iglesia en virtud de su empuje evangelizador, que lo llevó a tierras tan lejanas como las de la península ibérica. Se le suele representar vestido de peregrino, o como soldado montado en un caballo, blandiendo una lanza, en actitud de lucha, plasmando de alguna manera aquello que San Juan Crisóstomo dijo de él: “Fue el apóstol más atrevido y valiente”.
El “hijo del trueno” -como le llamó Jesús, igual que a su hermano, Juan- es el patrón de España y su caballería, así como de los curtidores, veterinarios y equitadores. Santiago es también patrono de varias ciudades en el mundo, fundadas o influenciadas por la cultura hispánica. Algunas de esas ciudades incluso llevan su nombre, como es el caso de Santiago de Chile, Santiago en República Dominicana o Santiago de Cuba en Cuba.
El nombre “Santiago” proviene de la unión de las voces “Sant” y “Iacob”; “Iacob” es el término hebreo para “Jacob”. Desde los albores de la historia española cristiana, sus guerreros se lanzaban al campo de batalla al grito de "Sant Iacob, ayúdenos". La rapidez al pronunciar aquella expresión devino en la voz amalgamada “Santiago”.
De acuerdo a los Evangelios, el apóstol Santiago fue testigo junto a Juan y Pedro de la Transfiguración del Señor en el Monte Tabor, de la pesca milagrosa y de la oración de Jesús en el Huerto de Getsemaní -entre los pasajes más representativos-.
De acuerdo a la tradición, Santiago llegó hasta España a proclamar el Evangelio, marcando para siempre la identidad española. En ese país está ubicada la catedral de Santiago de Compostela, considerada su principal Santuario y donde reposan sus restos. Hacia ese lugar peregrinan miles de personas cada año, deseosas de recorrer “el camino de Santiago”.
El 9 de noviembre de 1982, San Juan Pablo II visitó dicha catedral e hizo un llamado a Europa a reavivar “aquellos valores auténticos” que la constituyeron, “porque los otros continentes te miran y esperan también de ti la misma respuesta que Santiago dio a Cristo: ‘lo puedo’”.
“Yo, Sucesor de Pedro en la Sede de Roma, una Sede que Cristo quiso colocar en Europa y que ama por su esfuerzo en la difusión del cristianismo en todo el mundo. Yo, Obispo de Roma y Pastor de la Iglesia universal, desde Santiago, te lanzo, vieja Europa, un grito lleno de amor: Vuelve a encontrarte. Sé tú misma. Descubre tus orígenes. Aviva tus raíces”, añadió en aquella ocasión el santo polaco.