"Que podamos levantar en la alegría y en la dignidad a tantos que se están muriendo", pidió el arzobispo de Buenos Aires, y recordó: "De eso también se trata la vida".
A partir de las lecturas de este domingo, el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, invitó a reflexionar sobre la muerte y a preguntarse qué le pasa a cada uno con este tema que, consideró, pareciera "queremos esconder".
"Sinceramente, creo que, aunque no nos guste, es parte de la vida y tenemos que aprender a vivirla y a tratarla, con dolor, con llanto, pero no podemos escapar", planteó.
"Como digo siempre también, en los cementerios descansan quienes nos precedieron en el camino de la vida y merecen todo nuestro respeto y homenaje", agregó.
El arzobispo porteño invitó a pensar "en quienes se están muriendo en nuestra sociedad; en cuántos jóvenes, adolescentes se están muriendo todos los días un poco por el flagelo de la droga"; o en nuestros abuelos, que "se están muriendo todos los días un poco porque no pueden comprar su medicación o por la soledad profunda que viven ante el abandono de sus familiares".
"Pienso en aquellos que se están muriendo un poco todos los días por el frío de estar pasando la noche en la calle. ¿Cuántos hermanos se están muriendo? ¿Cuántos quizá, de los que nos siguen en la radio, en la televisión, en las redes sociales, se están muriendo un poco por la angustia, por la depresión, por la profunda soledad?", se preguntó.
"No esperemos a que definitivamente la muerte nos gane. Si se están muriendo, quiere decir que todavía están vivos y que tenemos algo que hacer", subrayó, al recordar que esa es "la misión de todos y especialmente de la Iglesia, de los que nos decimos seguidores de Jesús".
Monseñor García Cuerva propuso acercarse a aquellos que se están muriendo y decirles: "Levántate, no está todo perdido", y animó a "tener gestos concretos de solidaridad, de compromiso, de justicia y ayudar a ponerse de pie a tantos hermanos que se están muriendo por la injusticia, por el narcotráfico, por el egoísmo".
También sugirió acercarse a quienes están atravesados por el alcohol o por la droga, para decirles: "Que no te gane la vida la adicción, levántate". En este caso, destacó el compromiso en la ayuda y asistencia de los Hogares de Cristo, y de tantos otros hermanos que trabajan con esta problemática.
El arzobispo porteño exhortó a jugarse la vida "haciendo cosas por los demás", e insistió en recordar que "el amor al prójimo también se trata de animar en la esperanza y que cada hermano pueda sentirse protagonista de su vida".
"Lo sintetizamos con estas palabras hermosas de Jesús: 'levántate'. Que nos podamos levantar en el ánimo, que nos podamos levantar en el compromiso. Que podamos levantar en la alegría y en la dignidad a tantos que se están muriendo. De eso también se trata la vida. De jugarnos por los demás, como lo hizo Jesús'", concluyó.
