"Para eso se necesita que el Evangelio sea proclamado al mundo, sin temerosas simulaciones ante las amenazas de quienes se consideran poseedores de la razón", afirmó el arzobispo emérito de Corrientes.
El arzobispo emérito de Corrientes, monseñor Domingo Salvador Castagna, recordó que una enseñanza de fondo de Jesús a sus apóstoles es que hay que “aceitar debidamente un sistema de relaciones, con los hombres, que haga viable la exposición de la Buena Nueva”.
“La amabilidad en el estilo coloquial y la firmeza en los criterios para discernir el bien del mal, lo verdadero de lo falso, actúan oportunamente cuando las circunstancias sociales así lo exigen. Es preciso estar dispuestos a asimilar la Palabra escuchada”, sostuvo en su sugerencia para la homilía.
El prelado explicó que “para ello se necesita que el Evangelio sea proclamado al mundo, sin temerosas simulaciones ante las amenazas de quienes se consideran poseedores de la razón”.
“La sabiduría se manifiesta en personas que, por la humildad, descubren la presencia de Cristo, Palabra encarnada: ‘camino, verdad y vida’”, concluyó.