"La fe, como acceso a la sabiduría, está precedida por la práctica de la humildad. Sin la humildad -base de la conversión- la fe se mostrará frágil, sin capacidad para un adecuado desarrollo", afirmó.
El arzobispo emérito de Corrientes, monseñor Domingo Salvador Castagna, recordó que “el Espíritu Santo ha sido enviado a la Iglesia y al mundo, en virtud de la Resurrección de Cristo”.
“La rectitud de conciencia, la honestidad y la solidaridad, son generadas por la acción invisible y oculta del mismo Espíritu. Es un hecho que no depende de la inventiva humana”, subrayó en su sugerencia para la homilía dominical.
El prelado sostuvo que “la fe, como acceso a la sabiduría, está precedida por la práctica de la humildad”.
“Sin humildad - base de la conversión - la fe se mostrará frágil, sin capacidad para un adecuado desarrollo”, agregó.
Por lo mismo, explicó, no logrará la madurez de la santidad de Jesús, que debiera - y debe - ser adoptada como meta de toda perfección humana”.