El grupo está conformado por 250 integrantes que patrullan las 24 horas. Tienen como objetivo asistir a personas en crisis y realizar un seguimiento a través de visitas en sus hogares, mensajes, llamadas y distintas actividades.
Todos los días y a toda hora, un grupo de jóvenes y familias de la iglesia Casa de Dios, ubicada en la avenida Raúl Alfonsín 4043, de la capital, recorren el puente Chaco-Corrientes para patrullar e intervenir a personas que intentan quitarse la vida.
La última nota que República de Corrientes les realizó a los "ángeles del Puente" fue en noviembre del año pasado. En ese momento, realizaron 14 intervenciones, y hoy suman 45 vidas que salvaron y continúan brindando asistencia a personas en situación de crisis.
Las dos últimas fueron el jueves y el sábado de la semana pasada. Un caso fue el de un joven, de 29 años, que se estacionó con su moto y daba muchas vueltas.
"Eso se me hizo raro, me acerqué a hablarle y me confesó que se quería tirar. Le di un abrazo y lo contuvimos en uno de los banquitos que está debajo del Puente. Él se largó a llorar y comenzó a contar todo lo que le pasaba, hasta que se calmó", contó Andrés Valenzuela, líder de jóvenes y adolescentes de la Casa de Dios.
"Luego se interesó por las actividades que realizan en la iglesia, hasta incluso fue parte de las reuniones durante estos días. Ahora, se encuentra muy bien y eso que nos pone muy contentos después de tanto trabajo", agregó.
La otra situación fue la de un chico, de 17 años, que por una serie de conflictos, también intentó quitarse la vida, pero los embanderados de Argentina lo impidieron. El joven se quebró en llanto, fue asistido y posteriormente contactado por otros jóvenes para que se sintiera mucho mejor.
Grandes héroes
La gente los reconoce, los saluda y los alienta. "Hay un lindo cartelito que nos hicieron y le dieron a uno de los chicos que estaba haciendo guardia, decía: ‘Los queremos mucho’, con el dibujo de un corazón".
"Es un detalle muy tierno que nos impactó un montón. También, hay un quiosco debajo del Puente y los que trabajan en ese lugar se portan muy bien con nosotros. Vamos con la intención de comprar agua o caramelos, pero ellos nos regalan", destacó.
Por otro lado, Valenzuela comentó que para este mes tienen preparado continuar con las capacitaciones que recibían por parte de profesionales de la salud mental. Es un equipo que se sumó para fortalecer las acciones de prevención como comunidad que llevan a delante.
"Además, nos desafiamos a comprar un gazebo para protegernos del calor, pero si alguien lo quiere donar estamos más que dispuestos a recibirlo. Lo ideal sería ponerlo debajo del Puente para que llame la atención y las personas se acerquen, en caso de que necesiten ayuda, algún consejo o que alguien que los escuche", comentó.
Las recorridas diarias la hace un grupo que está conformado por 250 personas; desde adolescentes, jóvenes y hasta adultos. Ahora, se sumaron 2 iglesias en esta causa: Centro Familiar de Avivamiento (CFA) y Rey de las Naciones.
"Para nosotros una vida significa muchísimo porque detrás de cada persona hay una familia. Una drástica decisión afecta fuertemente a todos sus seres queridos. Por eso, es importante estar en el lugar correcto y en el momento indicado para ayudar".
"Estoy muy agradecido con los que formamos este equipo. Últimamente, soportamos calores intensos y ellos se lo bancan, no tienen problemas, están animados y atentos. Son unos capos totales", resaltó el líder de jóvenes.
A su turno, Juan Pablo Gómez otro de los voluntarios, en diálogo con este medio, expresó: "Todos unidos podemos trabajar para dar un gran aporte a nuestra ciudad, por eso está abierta la invitación a otras iglesias que quieran patrullar con nosotros, siempre y cuando se comuniquen previamente, ya que tenemos una organización firme para desarrollar un buen trabajo. No es solo una emoción, hay que ser consciente de que estamos en un límite entre la vida y la muerte".
"Es una decisión muy importante y un fiel compromiso de lo que uno hace. Cuando eres parte y se presencia cada intervención, eso toma una mayor fuerza y concientización de contener a personas en situación de crisis", afirmó.
"Al correr los meses, nos perfeccionamos y realizamos un seguimiento a cada persona; la policía, la Prefectura y la Gendarmería nos conoce y son de gran ayuda para nosotros. Tenemos los datos o contactos de cada intervención".
"Tratamos de comunicarnos con las familiares para dicho acompañamiento, porque, que hayamos evitado el problema, no significa que lo solucionamos. Vemos la manera de estar presentes: visitándolos en sus hogares, a través de un mensaje y llamadas para que salgan de la situación en la que se encuentran", continuó.
"Quiero recordar que existe la línea telefónica. El lema del teléfono es ‘El que habla no está solo’. Muchas veces, lo que nos ocurre cotidianamente supera nuestras capacidades de aceptación y manejo y nos cerramos, nos callamos. La palabra abre puertas, no hay que quedarse solo, sobre todo cuando somos profesionales que nos formamos para eso, para escuchar y ayudar", enfatizó Graciela Pianalto, directora de Salud Mental. La República.