Vendedores ubicados sobre peatonal Junín coincidieron en que la actividad creció desde el fin de la cuarentena estricta pero decayó en la última semana. Ayer un 90% de los negocios decidieron cerrar sus puertas a las 17, incentivados por la falta de clientes.
Entre las nuevas medidas que anunció el Gobierno provincial para contener el brote de coronavirus en la ciudad, se encuentra una recomendación para que los negocios “no esenciales” atiendan de corrido y cierren a las 17.
Diario época recorrió ayer el microcentro y pudo dar cuenta de que la mayoría de los comerciantes decidió cerrar sus puertas al horario aconsejado y atender de corrido desde las 9. Otros optaron por hacerlo en horario normal durante la mañana, parar a la siesta, y volver a las 16 para permanecer de acuerdo a la afluencia de gente por la peatonal.
Lamentablemente para ellos, la afluencia de personas fue escasa, sobre todo a la tarde, y sólo pudieron concretar no más de diez transacciones en la jornada. El panorama para el fin de semana no es alentador.
“Me voy a quedar hasta que me echen o si observo que no hay nadie, me voy”, dijo un envalentonado vendedor de un local de ropa de mujer ubicado por Junín casi La Rioja. El comerciante comentó que luego de la cuarentena, las ventas “arrancaron muy bien y mejor que antes”, pero de a poco fueron descendiendo. “La situación es difícil porque bajó la demanda y encima se acerca la fecha de pago del alquiler. Estamos sobreviviendo”, lamentó.
En otro negocio ubicado enfrente de la plaza Vera, recordaron que cerrar en el horario tope es opcional. “Hoy tenemos la orden de ver cómo está la circulación después de las 17. Informamos a nuestros jefes y ellos deciden si van a seguir”. En el lugar las ventas fueron negativas toda la mañana. A pocos metros de allí, María, desde un sitio especializado en ropa deportiva, coincidió con el panorama a la baja y precisó que en todo el día sólo concretaron ocho entregas de productos.
En un reconocido local de venta de calzados ubicado sobre Junín casi Córdoba, Omar contó que el balance de la jornada fue “malísimo” porque no fue nadie durante la tarde y hubo pocos despachos a la mañana. “Otros negocios de la cuadra están en la misma situación. A ello se le suma el cambio de estación durante agosto y septiembre que siempre representa una merma de clientes”, sostuvo.
De todas formas, el comerciente se quedó con el aspecto positivo: “En materia de salud pública se puede destacar que la gente tomó conciencia, ya que no se ve a nadie por la calle”.
Ariel, desde un local de finas prendas situado en Junín casi Mendoza, narró que las transacciones para el Día del Niño y Día de la Madre fueron “muy buenas” pero desde el comienzo de la semana comenzó un declive que tuvo su pico ayer. “Si bien el límite horario no es obligatorio, los retenes rumbo al centro hacen que la gente se limite”, analizó.
Al mimo tiempo comentó la estrategia de la empresa: “Nuestra decisión fue testear el movimiento de los clientes y a partir de ello analizar si continuamos con las puertas abiertas después de las 17”. Para el encargado, el balance final tendrá lugar el sábado, día de mayor concurrencia a la zona.
Mesas casi vacías
La mayoría de los bares y restaurantes trabajaron apoyados fuertemente en la modalidad delivery. Unos pocos, que cuentan con mesas al aire libre, recibieron a algunos “valientes” que optaron por tomarse un descanso en soledad mientras otros habitués se resguardaron en sus hogares.