Destacaron un balance más que positivo pese a las lluvias. Además de presentaciones de libros, hubo espacios dedicados al arte visual y la música. Se desarrollaron disertaciones de autores provenientes de España.
La tormenta no frenó el entusiasmo de los caacateños por visitar la décima edición de la feria del libro. Durante los tres días que duró, la biblioteca Juan Manuel Rivera estuvo repleta. A pesar de las condiciones meteorológicas, que derivaron en un cambio en la programación y la suspensión de algunas actividades, sus organizadores destacan que "se mantuvo fuerte".
"Se desarrolló en un contexto meteorológico adverso, que nunca nos pasó. Con una lluvia torrencial que nos dejó sin energía eléctrica, pero la afluencia del público nunca mermó", comentó a República de Corrientes Fabián Brizuela, organizador.
También expresó: "Teníamos generador propio y nos pareció raro escuchar los relámpagos y el sonido de lluvia mientras se leían los poemas. Pero lo importante es que la gente acompañó".
Las personas que formaron parte de las actividades, sumando editoriales y disertaciones, fueron aproximadamente entre 90 y 100. En lo que refiere a visitantes, "tuvimos sala llena en todos los espacios en determinados momentos, calculamos entre 120 y 150 personas en el salón de usos múltiples", sostuvo Brizuela.
A raíz del mal tiempo se suspendieron los vuelos de algunos autores y se tuvo que reprogramar la grilla, dejando algunas actividades pendientes para otra edición. Sin embargo, destacan que "eso nunca se notó, obviamente para los organizadores fue un caos, pero se trató de avisar con el mayor tiempo posible por redes, y se fue dando de forma natural".
Sin embargo y a pesar de los contratiempos, "el balance fue más que positivo, nos dimos cuenta de que la feria se nos fue de las manos en el buen sentido", indicaron.
El evento cerró anoche con la presentación del libro Los elegidos, de los periodistas Eduardo Ledesma y Carlos Simón, seguido del espectáculo musical del grupo chamamecero Tajy.
Visita internacional
Rodrigo Galarza es un poeta caacateño de gran trayectoria, que hace 20 años reside en Madrid y viajó para estar presente en esta décima edición.
"La feria representa la tradición, el trabajo y la persistencia de un modo muy contundente. Tanto del contenido, de los actos y de todas las ramas del arte que son de altísima calidad", sostuvo en comunicación con este medio.
En esta ocasión, el poeta presentó una de sus obras titulada Odiseo en lavapiés. La misma se trata de "un libro de poesía y prosa poética, la primera versión es de 2007 y esta es la tercera, con contextos nuevos". Además, lo acompañó Blanca Morel, una autora española, que presentó Invocación al polvo.
Sobre la labor de los poetas caacateños resaltó: "Tienen un arraigo con la tierra, el paisaje y lo natural. Es un distintivo muy fuerte del lugar donde nacen".
"Espero que estos 10 años de feria se extiendan más, es muy bueno para visibilizar a la re-gión por toda la gente del arte", finalizó.
