Todo ocurrió en el salón de fiestas del Ejército en la Ciudad de Goya. Afortunadamente no había nadie en ese momento.
De acuerdo a los sitios de noticias, un hombre logró rescatar a la serpiente Ñacaniná de monte (no venenosa) que apareció en el salón de soldado del Batallón de Ingeniero de Monte 12.
El mismo jefe del serpentario de esa localidad fue quien logró atraparla y llevarla nuevamente a su hábitat.