Angela Merkel en el banquillo

La publicación de las memorias de la excanciller alemana han dado pie a un torrente de críticas a su trayectoria política. Por un lado, se le acusa de no haber detectado el peligro del expansionismo ruso y la dependencia de sus exportaciones de energía barata. Por otro lado, Angela Merkel es señalada por la gestión de la crisis de refugiados en 2015 . Pasó de exigir que se cumpliesen las normas internacionales sobre asilo a abanderar una política generosa hacia los recién llegados. La mayoría de los votantes no le siguió y la extrema derecha se convirtió en el tercer partido . Algunos otros críticos añaden a la extensa colección de reproches la ausencia de reformas económicas y la falta de reflejos para entender la magnitud de la revolución de la tecnología digital , una ola que lo cambia todo. El problema es que el juicio sumarísimo a Merkel se hace sin analizar el contexto histórico en el que le tocó gobernar y sin incluir matices. Tampoco se valora de forma suficiente sus innegables éxitos , conseguidos en ciclos muy adversos (crisis del euro, avalanchas migratorias, Brexit y otros populismos, pandemia…) liderando el Consejo Europeo como única adulta en la habitación. La excanciller desplegó en su paso por el poder una combinación de cautela, seriedad, modestia, austeridad personal, dedicación máxima y pensamiento racional y científico que se echa de menos en el tiempo de \'líderes fuertes\', de un infantilismo aterrador y muchas veces con tics autoritarios.Noticia Relacionada estandar Si Bruselas busca cómo parar las injerencias de Elon Musk Enrique Serbeto | Corresponsal en Bruselas La UE trata de imponer más regulaciones a X mientras el magnate utiliza su poder en la Casa Blanca para aupar a sus aliados políticos en EuropaToda la clase política alemana, sobre todo los socialdemócratas , querían profundizar en la interdependencia económica con Rusia. Ante la crisis de refugiados, Merkel se negó a seguir el ejemplo de los checos o los austríacos de blindar su frontera y crear una crisis humanitaria todavía peor. Se arriesgó a liderar apelando a una visión de la dignidad humana que debería estar en la base de la política occidental. Es cierto que la que fue mujer más poderosa del mundo no reconoce muchos errores en sus memorias. Sin duda, prefiere que personas mucho más mediocres que ella destaquen sus equivocaciones y le den las oportunas lecciones.