El jueves, una alerta recorrió Washington. Una imagen de la vicepresidenta Kamala Harris cancelando un viaje navideño a California y regresando a la Casa Blanca se difundió rápidamente en redes sociales. Poco después, el helicóptero presidencial, Marine One, transportó de vuelta al presidente Joe Biden, quien se encontraba en Delaware, a su residencia oficial. La escena desató una avalancha de rumores sobre la salud del presidente, con especulaciones que llegaron incluso a perfiles de periodistas políticos. Se habló de una posible crisis médica, de la mala salud del mandatario octogenario y de si se activaría la línea de sucesión presidencial debido a complicaciones graves.Todo resultó ser una patraña, una falsa alarma de las que tanto proliferan en redes. Biden tenía previsto regresar a la Casa Blanca después de pasar unas horas en Delaware con su familia para conmemorar el aniversario de la muerte de su primera esposa y su hija. Por su parte, Harris canceló su viaje a California no por emergencias, sino porque, además de vicepresidenta, es la presidenta del Senado y debía estar disponible para presidir una posible votación sobre el presupuesto en caso de empate.Pero el hecho de que en plena negociación en el Capitolio para impedir un cierre gubernamental sólo se hablara de Biden para escrutar su estado de salud pone de relieve cómo él y su equipo se han quitado de en medio aunque les queda un mes en una de las instituciones de más poder del mundo.Noticia Relacionada estandar Si Trump se da cuenta de que su poder no va a ser ilimitado David Alandete El presidente electo fracasa en su intento de que el Capitolio le elimine el techo de gastoBiden parece haber tirado ya la toalla. Ha dejado que Trump tome todo el protagonismo y no se ha visto en la necesidad de mover un dedo en una crisis que ha afectado también a su partido. No están del todo superadas las rencillas por forzarle a renunciar a la candidatura. Los últimos días de la presidencia de Biden están marcados por logros planificados desde antes de las elecciones. En primer lugar, ha superado a Trump en deportaciones y repatriaciones, alcanzando 272.000 en lo que va de año, una cifra que supera el récord de su predecesor en 2019, antes de que la pandemia cerrara las fronteras. En segundo lugar, Biden logró confirmar en el Capitolio a su juez número 235, superando también la marca previa establecida por Trump en su mandato.Más allá de estos hitos, la administración de Biden parece estar en una etapa de recogida de bártulos, con pocas acciones de enjundia previstas en el último mes. Su equipo prometió una conferencia de prensa de fin de año, que aún no se ha realizado. Sus declaraciones públicas suelen ser sin preguntas, y sus comparecencias, cada vez más escasas, refuerzan la percepción de un presidente que ya mira hacia la salida.En cuanto a Kamala Harris, su futuro político sigue siendo incierto. Sus asesores han dejado abierta la posibilidad de una candidatura presidencial en 2028, aunque esa opción parece poco probable en este momento. También se especula con la posibilidad de que se postule como gobernadora de California una vez que termine el mandato del actual gobernador, Gavin Newsom, pero no ha habido confirmación oficia por parte de su equipo.