Jerusalén se vio sobresaltada por explosiones este lunes minutos después de que el movimiento Hamas anunciara un ultimátum para que Israel retire sus fuerzas de dos puntos conflictivos de la ciudad. Integrantes de esa organización reivindicaron la autoría de un ataque con cohetes y dijeron que se trata de una respuesta a los "crímenes y agresiones" israelíes. Por su parte, el Ejército Israelí indicó que se disparó un misil antitanque desde el norte de la Franja de Gaza hacia su territorio.
Las alertas antiaéreas se escucharon en la ciudad de Jerusalén y en Beit Shemesh, ubicadas en el centro del país, según consignó el sitio Actualidad.rt.com. Poco antes, Hamas había exigido que Israel retirara en el plazo de una hora a sus tropas de la Explanada de las Mezquitas y del barrio palestino de Sheij Jarrah, situado en Jerusalén Este.
A los enfrentamientos que ha habido entre la policía de Israel y los palestinos durante el mes del Ramadán, se suma la audiencia programada para el lunes, en la que la Corte Suprema de Israel iba a escuchar las apelaciones contra los desalojos a familias palestinas que viven en una zona que Israel anexó desde 1967.
Durante el mes de Ramadán, escaló la fricción entre la policía de Israel y los palestinos. Desde el viernes, hubo enfrentamientos todos los días en Jerusalén Este, a las afueras de la Ciudad Vieja. Hubo confrontaciones incluso el sábado 8 de mayo, cuando los palestinos musulmanes realizaban evento más importante de todo el Ramadán: la noche santa de Laylat al-Qadr.
Las fuerzas de seguridad israelíes habrían irrumpido en la mezquita de Al-Aqsa y cientos de palestinos reaccionaron tirando piedras y otros objetos a los uniformados. Los israelíes respondieron con armas de fuego y cerraron el paso a través de la emblemática Puerta de Damasco.
Esa noche, por lo menos 80 personas resultaron heridas, incluidos menores de edad y un niño de 1 año, según la Media Luna Roja Palestina. La policía israelí indicó que uno de sus oficiales resultó herido. Las cifras son aún mayores si se suman los más de 200 lesionados que hubo el viernes 7 de mayo.
Además, este domingo 9 de mayo, los militantes palestinos dispararon desde la Franja de Gaza dos cohetes contra el sur de Israel, específicamente dirigidos a la ciudad de Ashkelon. El Ejército israelí aseguró que uno de los cohetes fue interceptado por el sistema de defensa antimisiles ‘Iron Dome’ y que no hubo heridos ni daños.
El contexto de los enfrentamientos
La tensión creció desde que, a principios de este año, un tribunal de primera instancia respaldó el reclamo de colonos israelíes y ordenó el desalojo de seis familias palestinas de sus hogares en el barrio de Sheikh Jarrah, en Jerusalén Este.
Por un lado, las familias judías que reclaman el lugar dicen haber vivido en esas casas antes de la guerra de 1948. Pero para los palestinos, es un intento más de expulsarlos de Jerusalén Este, que consideran debe ser la capital de Palestina. La zona sigue siendo disputada aunque, desde la guerra de 1967, Israel la anexó ilegalmente, según la ONU.
A pesar de que el proceso judicial no es nuevo, la fricción escaló este fin de semana, pocos días antes de que la Corte Suprema de Israel escuchara las apelaciones contra los desalojos planeados. La audiencia estaba programada para este lunes 10 de mayo, pero ante la posibilidad de que esto avivara más la violencia que se registró durante el fin de semana, el fiscal general de Israel consiguió este domingo un aplazamiento.
La audiencia no es lo único que contribuye a la volatilidad. Este lunes 10 de mayo también estaba prevista una celebración por parte de Israel que para Palestina es provocadora. Se trata del desfile anual del llamado Día de Jerusalén, en el que los israelíes caminan por la Ciudad Vieja y por lugares sagrados tanto para el islam como para el judaísmo con un único propósito: celebrar la guerra del Medio Oriente de 1967 desde la cual se anexaron esa zona.
Este año, la marcha coincide con el mes sagrado musulmán del Ramadán. Todo esto combinado a la audiencia que estaba prevista contribuye a que la violencia que se desató fuera la peor desde 2017.
A pesar de los enfrentamientos, Israel aprobó la realización del desfile. El primer ministro Benjamin Netanyahu agregó este domingo que Israel "no permitirá que ningún extremista desestabilice la calma en Jerusalén" y que harán "cumplir la ley y el orden de manera decisiva y responsable".
"Continuaremos manteniendo la libertad de culto para todas las religiones, pero no permitiremos disturbios violentos", aseguró.
El primer ministro también se refirió a la disputa legal en el barrio Sheikh Jarrah y dijo que rechazaban "firmemente las presiones para no construir en Jerusalén". "Jerusalén es la capital de Israel y al igual que todas las naciones construyen en su capital y construyen hasta su capital, también tenemos el derecho de construir en Jerusalén y de edificar Jerusalén. Eso es lo que hemos hecho y eso es lo que seguiremos haciendo", precisó.
Pero otros países y varias organizaciones critican lo que está ocurriendo. La Organización de Naciones Unidas (ONU) volvió a pedirle a Israel que ponga fin a la expulsión forzosa de palestinos en Jerusalén Este, pues considera que sus acciones podrían ser vistas como "crímenes de guerra".
Por otro lado, Estados Unidos también se opone al desalojo de palestinos y anima a los bandos a llegar a una tregua para obtener la calma. El Departamento de Estado manifestó que estaba "profundamente preocupado por el aumento de las tensiones".
A esto se suman personas de otras partes del mundo. En Londres, por ejemplo, los ciudadanos salieron a marchar como muestra de solidaridad hacia los palestinos que son víctimas de agresiones militares del régimen de Israel en la Franja de Gaza.
Por su parte, el papa Francisco hizo un llamado de paz entre israelíes y palestinos. "Rezo para que (Jerusalén) sea un lugar de encuentro, y no de enfrentamientos violentos, un lugar de oración y paz. Invito a todos a buscar soluciones compartidas, para que se respete la identidad multirreligiosa y multicultural de la Ciudad Santa y pueda prevalecer la hermandad. La violencia solo engendra violencia. ¡Paren los enfrentamientos!", aseguró.