Donald Trump dio este lunes uno de los mítines más extraños de esta campaña electoral y probablemente de la política estadounidense. Estaba el candidato republicano en la localidad de Oaks, en Pensilvania, uno de los estados más disputados en esta carrera electoral. Era el turno de preguntas y respuestas con los votantes, pero dos personas se desmayaron.Habían pasado 40 minutos, y el calor era asfixiante, tanto que Trump, micrófono en mano, pidió: «Abrid la puerta». Pero el Servicio Secreto se lo impidió por los intentos de asesinato que ha padecido en días recientes. Su seguridad está reforzada porque hay amenazas contra su vida de Irán. El expresidente entonces bromeó: «Hace mucho calor, mirando el lado bueno, vamos a perder algo de peso».Noticia Relacionada ELECCIONES EN EE.UU. estandar Si Kamala se desinfla y pierde terreno en la recta final de la campaña Javier Ansorena | Corresponsal en N. YorkDe repente, mientras conversaba con la gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, Trump improvisó: «No hagamos más preguntas. Simplemente escuchemos música. Vamos a escuchar música. ¿Quién diablos quiere escuchar preguntas, verdad?». El mitin acabó, y Trump se convirtió en maestro de ceremonias y disc jockey, repasando sus éxitos favoritos. (Los que le dejan reproducir, al menos, porque hay un gran número de artistas que le impide hacerlo).Durante casi 40 minutos, Trump, callado la mayoría del tiempo, bailó, movió los brazos, ladeó las caderas de pie en medio del escenario, a veces deteniéndose para hablar un momento, mientras convertía el mitin en una especie de salón de baile. Su equipo le reprodujo sus temas favoritos, empezando por el \'Ave María\' de Franz Schubert cantada por Luciano Pavarotti. «El más grande», proclamó Trump.Le siguió una mezcla ciertamente ecléctica: el \'Con té partirò\', de Andrea Bocelli y Sarah Brightman y \'It\'s a man\'s world\' de James Brown y Pavarotti. Tras proclamar que esta es «la elección más importante de la historia del país» puso otro de sus temas favoritos, \'Y.M.C.A.\', de los Village People, una canción disco que suena en todos sus mítines y que celebra a los gays de Nueva York.Varios artistas en contraComo los entregados admiradores de Trump no se iban, el equipo de Trump le siguió dando al «play» y puso la versión del tema religioso \'Hallellujah\', de Leonard Cohen pero cantada por el intérprete Rufus Wainwright. Este, como era de esperar, estalló en redes el martes exigiendo a Trump por carta que deje de reproducirla. «Es una blasfemia», dijo al oírse en un mitin de Trump.Al candidato y expresidente parecía entusiasmarle su voz, como la de Sinead O\'Connor . Los herederos de esta le instaron a dejar de reproducir también su música, pero en el mitin en Pensilvania el candidato deleitó a sus seguidores con un baile lento mientras sonaba una versión grabada en vivo de \'Nothing Compares 2 U\'.En una pantalla se leía el lema «El presidente Trump tenía razón en todo». La multitud enfervorecida agitaba carteles en que se leía «47» que sería su número de presidente si volviera a la Casa Blanca, tras haber sido el 45.Noticia Relacionada estandar Si El \'blues\' de Kamala Harris: Trump seduce a la clase proletaria Javier Ansorena | Enviado especial a Wayne (Míchigan) Los demócratas necesitan mantener el \'muro azul\' en los estados industriales clave para llegar a la Casa BlancaTras reproducir \'An American trilogy\', \'Rich men north of Richmond\' y \'November rain\', el expresidente se despidió con \'Memory\', del musical \'Cats\'. Un asistente le pasó una nota, y Trump salió del recinto aclamado. Quien gane Pensilvania tiene enteros de hacerse con la presidencia, y las encuestas anticipan un empate en ese estado, con una ligera ventaja de 0.3 puntos de Trump, según el sitio de demoscopia Real Clear Politics.A Trump le encanta poner música en sus mítines, pero a lo largo de los años se ha topado con el problema de que la mayoría de cantantes le detesta y le insta por carga de abogados a renunciar a reproducir sus canciones. Así se le ha privado de bailar al ritmo de sus temas preferidos, como \'Eye of the tiger\' de Survivor o \'Born in the U.S.A.\' de Bruce Springsteen. La campaña de Kamala Harris ha atacado al candidato por su avanzada edad, pues a los 78 años sería el presidente más anciano en ocupar el puesto. La demócrata afirma que el expresidente está dando muestras de deterioro cognitivo, los mismos ataques que este hacía a Joe Biden, el todavía presidente.