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El partido de Le Pen llama a «tomar la calle» entre acusaciones de «robo judicial»

El terremoto de la sentencia del Tribunal de París. c ondenando a Marine Le Pen , fundadora de Agrupación Nacional (AN, extrema derecha), a cuatro años de prisión (dos de ellos en firme) y cinco de inhabilitación, con ejecución inmediata, más una multa de 100.000 euros por malversación de fondos públicos europeos en banda organizada, está causando estragos que pueden cambiar profundamente el paisaje político nacional.La opinión pública es poco sensible a la campaña apocalíptica lanzada por Le Pen. Y comienza a pensar en un posible sustituto al frente de la extrema derecha.Presentando el mitin que deberá apoyarla públicamente, arropada por todos los dirigentes de su partido, el domingo que viene, Le Pen se presenta como víctima a quien se desea «robar» su posible triunfo presidencial, el 2027, y declara: «El sistema político y judicial ha sacado una bomba atómica para privar al pueblo de votar a quienes pueden defender a la nación, que está vacilando. Los franceses tienen el derecho a votar a quienes desean…».Sin embargo, según un sondeo hecho público por BFMTV, primera cadena de información permanente, un 57 % de los franceses consideran «normal» la sentencia del Tribunal de París. Otro 42 % se dicen «satisfechos» de la condena, un 29 % se dicen descontentes y un 29 % son indiferentes. Sondeo que subraya una confianza popular considerable en la justicia y la condena de la dirigente de extrema derecha.Petición de movilización popularLos portavoces próximos a Le Pen anunciaron la noche del lunes, tras la sentencia, una «campaña y movilización popular», a partir del martes. Campaña invisible y rápidamente aplazada y sustituida por un simple mitin el domingo que viene. En la historia política de Francia, las grandes manifestaciones populares se celebran en las plazas parisinas de La República y La Bastilla, que destacan por su simbolismo y sus grandes proporciones físicas. Le Pen y su partido han elegido un lugar mucho menos emblemático, la Plaza Vauban, de proporciones físicas mucho más modestas.Noticia Relacionada Perfil estandar Si Jordan Bardella, la alternativa a Le Pen que seduce al voto joven francés Juan Pedro Quiñonero | Corresponsal en París La presidenta de AN lo nombró su segundo hace seis añosEse repliegue relativo en la campaña en defensa de Marine Le Pen coincide con otro indicador de tendencia muy sintomático. Una mayoría creciente de electores piensan que el futuro de la extrema derecha francesa pasa por Jordan Bardella, el joven «escudero» de Le Pen, que se cotiza como posible ganador de una elección presidencial. Hipótesis todavía lejana, pero sintomática. A dos años de la próxima elección presidencial, Bardella tiene un 35 o 39 % de intenciones de voto en la primera vuelta. Sondeo prometedor, pero todavía muy alejado de las próximas elecciones.Dentro y fuera de Agrupación Nacional (AN), nadie contesta el liderazgo de Le Pen, pero aumentan los partidarios de avanzar su posible sustitución, si fracasan los recursos contra la condena.El Tribunal de París confirmo la tarde del martes la recepción de tres demandas de revisión de la sentencia. Y anunció que podría toma una decisión hacia el verano que viene. En ese caso, Le Pen podría volver a ser juzgada a lo largo del 2026, antes de las elecciones presidenciales del 2027. Hipótesis posible, todavía lejana.Mientras tanto, el terremoto de la condena de Le Pen continúa haciendo estragos políticos de gran calado.Reacción del GobiernoFrançois Bayrou, primer ministro, reconoció la mañana del martes que la condena de Le Pen le había «perturbado» profundamente. Durante una sesión de preguntas al gobierno, en la Asamblea Nacional, Bayrou fue criticado agriamente, por enemigos de izquierda y derecha. Varios amigos y amigas de Bayrou fueron condenados, en su día, por delitos semejantes a los cometidos por la familia Le Pen contra el Parlamento Europeo. Se sospecha que Bayrou podría estar «favoreciendo» a Le Pen para evitar una censura que precipitase otra crisis de gobierno, desestabilizante.Esas sospechas abren grietas de fondo entre los pequeños partidos que forman la frágil mayoría parlamentaria de los amigos de Emmanuel Macron. Mientras Bayrou confiesa su «trastorno» por el comportamiento y sentencia de la justicia, Gabriel Attal, ex primer ministro de Macron, así mismo, declara: «Marine Le Pen está haciendo campaña contra las instituciones donde se funda de nuestra democracia, como es la justicia. Dirigiéndose veladamente a su sucesor como jefe de gobierno de Macron, Attal declara: »Un dirigente político nacional debe respetar las decisiones de la justicia, sin relativizar las sentencia, cuando es más necesario que nunca defender de las instituciones contra quienes las denuncian y hacen campaña contra ellas«.En la misma línea de Attal, otro ex primer ministro de Macron, Édouard Philippe también critica veladamente a Bayrou: «Puedo comprender que la condena de Le Pen sea un problema para muchos franceses, pero los responsables políticos no podemos comentar ni dudar de las sentencias judiciales, con reflexiones personales. Ante una cuestión esencial, tres personales influyentes de la frágil mayoría parlamentaria \'macroniana\' sostienen posiciones diferentes.Paradójicamente, a la extrema izquierda se plantea una tensión y división muy semejantes. Jean-Luc Mélenchon, presidente de La Francia Insumisa (LFI) también se ha «inquietado» del proceso judicial que culmino con la condena de Le Pen. Mientras socialistas, comunistas y ecologistas aplauden y defienden calurosamente la sentencia del Tribunal de París el líder de LFI expresa sus «dudas», que pudieran tener un fundamento relativamente semejante. Entre los amigos personales de Mélenchon se han multiplicado los casos judicialmente vidriosos.Tras amenazar el futuro de la dinastía Le Pen, al frente de la extrema derecha, el mismo terremoto judicial está abriendo grietas en todo el paisaje político tradicional. Bardella se cotiza como el sucesor seguro de Le Pen , en un plazo relativamente corto.En la mayoría \'macroniana\' de centro derecha, el caso Le Pen divide a sus principales líderes.En la silenciosa derecha tradicional, los números líderes emergentes, Bruno Retailleau (crítico con Le Pen) y Laurent Wauquiez (veladamente sensible al \'lepenismo\') esperan beneficiarse de alguna manera de la crisis sucesoria en el seno de Agrupación Nacional.En las izquierdas, PS y PCF son muy minoritarios y hacen campaña contra Le Pen, pero están muy alejados del voto popular. Mientras LFI es víctima de su apoyo a Hamás y la ambigüedad de Mélenchon.Ante ese paisaje en recomposición, los jueces y la presidenta del Tribunal que han condenado a Le Pen son víctimas de varias amenazas de muerte, «firmadas» por grupúsculos de ultra derecha que dicen «defender» a Marine Le Pen. El ministerio del Interior ha montado servicios de seguridad especiales.

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